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Corrupción e impunidad en Veracruz

Cada año la Auditoría Superior de la Federación (ASF) da cuenta en su informe sobre el mal manejo y el desvío de recursos públicos en las administraciones de las secretarías de Estado, órganos descentralizados, empresas gubernamentales, gobiernos estatales y presidencias municipales, entre otros.

Las quejas de Vidal Soberón

Desde hace 3 años que Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia de la República han sido constantes y variados los homenajes, festejos y reconocimientos que el gobierno ha hecho a las Fuerzas Armadas, como si fuera necesario tener que congraciarse con ellas por cumplir con su obligación de defender a la patria. Tampoco son pocas las ocasiones en que los secretarios de Defensa, Salvador Cienfuegos Zepeda, y de Marina, Vidal Francisco Soberón, se han quejado públicamente de las críticas sociales y de las organizaciones oficiales e independientes que exigen a militares y marinos respetar los derechos humanos de la población.

La simulación del imperio de la ley

Lo cotidiano en la política mexicana es que sus actores principales cometan abusos sin sufrir consecuencia alguna y puedan repetirlos una y otra vez sin que alguien se los reclame, como si no hubiera una memoria colectiva. Aun más, esos abusos van acompañados del cinismo de nuestros políticos, de tal manera que cometen arbitrariedades y al mismo tiempo dictan conferencias o hacen declaraciones para censurar la corrupción de la cual ellos han sido responsables.

¿Quién va a recapturar el crecimiento, el peso y el petróleo?

Como si el cumplimiento de sus obligaciones fuera un mérito, Enrique Peña y sus empleados celebraron haber recapturado al delincuente Joaquín Guzmán Loera, a quien algunos de ellos, mediante sobornos, dejaron escapar de manera espectacular para que pareciera real. La noticia, como se dice, dio la vuelta al mundo. El ungido como “enemigo público número uno” en Chicago regresaba a la cárcel tras haber sido materialmente pescado en las aguas negras del alcantarillado del municipio de Los Mochis, Sinaloa, cuando trataba de huir burlando a policías, marinos y soldados que lo tenían cercado. Ya pasó el hecho y el escándalo mediático.

México, en el caos económico

Tratar de estabilizar la moneda ya ha costado 27 mil millones de dólares, entre 2015 y enero de 2016. Pero el desastre no amaina: la paridad mexicana bordea los 19 pesos por dólar. Y el precio del barril de petróleo podría caer a 16 dólares. La respuesta del gobierno: recurrir al fondo de estabilización, aplicar más impuestos, comprar más deuda y reducir aún más el gasto público

Los Murat y Peña quieren agandallarse el gobierno de Oaxaca

Un apéndice del Pacto por México establece que el candidato por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México y Partido Nueva Alianza (Panal) será Alejandro Ismael Murat Hinojosa, el júnior del exdesgobernador de Oaxaca: José Nelson Murat Casaab. Su padrino es Enrique Peña. También los Chuchos (Jesús Zambrano y el furibundo Jesús Ortega) acordaron con el tal Nelson quien, a su vez, participó en la complicidad del triunvirato PRI-Partido Acción Nacional (PAN)-Partido de la Revolución Democrática (PRD) para desnacionalizar el petróleo y privatizarlo al mejor postor, con esas 11 dizque reformas estructurales que no han funcionado porque, ante la caída del precio por barril, los presuntos inversionistas de Pemex se echaron para atrás. Nelson publicó un librillo para adornarse de ser uno de los principales impulsores de ese “pacto”. Y alegando que en agradecimiento de esto, Peña le aseguró que su hijo será el candidato priísta y que ya ha girado la orden al PRI para que lo imponga como tal, ha preparado el asalto para hacer desgobernador de Oaxaca a su júnior, que nacido en el Estado de México se hizo ahijado político de Peña y éste lo nombró director del Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) como trampolín.

Peña y Escobar, peor que la pareja de Calígula y su caballo Incitatus

La publicación de un texto-ensayo periodístico de la autoría de Juan E Pardiñas (Reforma, 27 de septiembre de 2015) titulado “E1 caballo de Calígula”, tras su atenta lectura sobre el nombramiento de Arturo Escobar –el de las mil y una transas para posicionar al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que ni es verde ni es ecologista y, más que de México, es de Enrique Peña y su Partido Revolucionario Institucional cuando lo dirigía el “¡ave césar… Camacho!”–

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