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Presidenta indígena o la pérdida de la razón de ser EZLN

Presidenta indígena o la pérdida de la razón de ser EZLN

La controvertida propuesta del Congreso Nacional Indígena (CNI) –no del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)– de impulsar una candidata presidencial indígena para las elecciones de 2018 es en palabras del subcomandante insurgente Moisés: “lo que están consultando del Congreso Nacional Indígena es si están de acuerdo en nombrar un Concejo Indígena de Gobierno para que gobierne nuestro país que es México y que ese Concejo sea representado por una mujer indígena delegada del CNI, y que sea candidata a la presidencia de México en las elecciones del 2018”, en referencia a lo que se anunció el 14 de octubre de 2016 (“No es decisión de una persona”, en Enlace Zapatista, http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2016/11/11/no-es-decision-de-una-persona). Y la expongo textualmente de ese escrito, pues en ése Moisés se lanza contra todos aquellos que malinterpretaron el planteamiento y lo redujeron a la decisión de una persona o de una cúpula dirigente. Además de criticar la deficiente lectura de los periodistas sobre el asunto y de todos aquellos que osaron opinar en contra de la propuesta de consulta. Sin soslayar el hecho de que Moisés reclama a todos aquellos que los insultaron y menospreciaron, de la misma manera, devolviendo insultos, menospreciando y atropellando el lenguaje con rencor e ira.

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Hace Moisés lo que critica. Incluso va más allá y dicta cómo debe comportarse y ser un escritor, articulista o periodista: “¿Cómo debo portarme o pensar como escritor o escritora?… O como articulista, o como periodista… O como busca puestos y puestecitos. [Y vuelve al insulto, aunque se debe aceptar que muchos que escriben lo hacen sin conocimiento, motivados económicamente, o simplemente están de acuerdo con el injusto sistema político que tenemos, como acertadamente dice Moisés] …Pienso que no criticar mientras no conozco su situación real, porque ni siquiera vivo con ellas y ellos”, señaló en el mismo escrito.

Y me pregunto ¿cómo gobernará un país una mujer respaldada por un concejo? Cuando ella y ellos viven allá en las montañas, apartados de nosotros los que vivimos en ciudades y otras geografías. Ellos se han apartado de nosotros los que reciclamos y dependemos del sistema al que ellos han criticado públicamente desde 1994. ¿Cómo nos gobernarán ellos si ni siquiera viven con nosotros? Pero finalmente ellos, los zapatistas, luchan por todos, incluso por los que se han burlado de ellos y los han menospreciado, ahora y durante 500 años. Como otros que desde una perspectiva distinta luchan por ellos.

La recomendación de Moisés­ –si así se puede llamar– que más me llamó la atención es ésta: “Mientras tanto, cállense y escuchen, lean, aprendan de los pueblos, tribus, naciones y barrios organizados en el Congreso Nacional Indígena”. De acuerdo estoy en que tenemos mucho que aprender de ellos, pero “cállense” es la contradicción mayor en lo que alega Moisés; quien habla, entre muchas otras cosas, de libertad, y en ese “cállense” la está aniquilando y se vuelve impositivo, justo como el sistema que aborrece. Y entonces se muestra autoritario y engreído, al decir que su camino, el de ellos, es el único que nos puede salvar a todos de la barbarie y mediocridad en que está sumido el país.

Bienvenida la candidatura de la mujer indígena delegada del CNI y respaldada por su posible Concejo Indígena de Gobierno (CIG). Bienvenido el EZLN y sus congresos y concejos a la bestial política del fraudulento sistema electoral mexicano, bienvenidos todos ellos a esta política electoral en la que millones de mexicanos hemos venido participando. Pues es claro que el EZLN no ha dejado de hacer política abierta desde su levantamiento en 1994, a su manera, desde las montañas y con sus travesías territoriales, con su retórica poética y aguda, con su manera de ser, ciertamente muy diferente a la nuestra. Aunque la opresión y los desagravios de 500 años no han sido sólo contra ellos y no solamente los han afectado a ellos.

Pensar críticamente en la posibilidad de tener una candidata indígena –ya en algún momento, el preciso para ellos, nos dirán porque debe ser mujer– ha sido reducido por algunos a tres líneas de pensamiento: “Unos ven en la determinación un giro de 180 grados en su línea de acción. Otros, su ingreso a la política. Algunos más, una maniobra en la formación de una coalición anti-Andrés Manuel López Obrador. Estas tres opiniones son, además de equivocadas, prejuiciosas. Están basadas en la desinformación y en un esquema analítico que tiene como punto de partida: quien no está conmigo, está contra mí. Estos puntos de vista desconocen la historia y la trayectoria política, tanto del EZLN como de las organizaciones indígenas que forman parte del CNI” (Luis Hernández Navarro, “El EZLN, el CNI y las elecciones”, La Jornada, http://www.jornada.unam.mx/2016/10/18/opinion/017a2pol). Y cae Hernández en lo mismo, “quien piensa diferente a mí está equivocado”. Entendiendo que la primer línea, aunque Hernández argumente que el EZLN ha estado activo políticamente desde su levantamiento, si implica un giro en su activismo. La segunda línea es errada, pues la primera la excluye, el EZLN siempre ha estado en la política. En cuanto a la tercera, me parece que no es un complot contra López Obrador, como esgrime Hernández. La participación de una contendiente indígena emanada del EZLN y sus congresos y concejos, no dudo, buscará una conversión del sistema que nos mal gobierna desde hace muchos años. Pero sin duda, puede suponerse y no afirmarse –y para eso se reflexiona y se escribe, muy a pesar de lo que pueda pensar Moisés– que de llegar López Obrador a la Presidencia en 2018 –escenario posible y más probable que otro en que la candidata indígena llegue– la política nacional tendría que dar necesariamente un giro de 180 grados hacia el mundo indígena en el que habitan Moisés, Galeano y la posible candidata y todos los indígenas que hace mucho no viven con nosotros. Y entonces tal vez –no quiero afirmar nada– tendría el EZLN y sus bases que negociar con un gobierno federal de izquierda –aunque para ellos no lo sea–, y entonces quizá la razón de ser del EZLN tendría que cambiar, no desaparecer. ¿Cómo harían ellos para coexistir con un gobierno que no busque su exterminio sino su integración? En un escenario que considero ideal, y de eso no me puede culpar Moisés.

Roberto E Galindo Domínguez*

*Maestro en ciencias en exploración y geofísica marina, arqueólogo especializado en contextos sumergidos y buzo profesional, literato, diseñador gráfico. Cursa la maestría en apreciación y creación literaria en Casa Lamm. Miembro del taller literario La Serpiente

Contralínea 517 / del 05 al 11 de Diciembre 2016

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