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Venezuela y Cuba, un mismo blanco de la agresividad estadunidense

Venezuela y Cuba, un mismo blanco de la agresividad estadunidense

La Habana. El gobierno de Estados Unidos impulsa una agenda injerencista y de dominación en América Latina que tiene a Venezuela y Cuba como blancos principales de esa agresividad.

Venezuela enfrenta el mismo proceso de hostilidad que pasó Cuba desde el triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959, y ahora Washington lo recrudece mucho más contra ambos países, aseveró la diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular Mariela Castro Espín.

En declaraciones a Prensa Latina, advirtió que Estados Unidos retoma públicamente el discurso de la Doctrina Monroe: “América para los americanos”, un argumento de dominación regional que nunca abandonó y sólo solapó por un corto período.

De acuerdo con Castro Espín, la actual administración de la Casa Blanca se siente abiertamente dueña del mundo y ha demostrado su disposición a cometer cualquier barbaridad contra la hermana nación bolivariana.

Señaló que Washington actúa con impunidad, porque no existen mecanismos internacionales que logren contener esa avalancha de ejercicio desmedido de poder de la fuerza y de la amenaza de su uso.

La parlamentaria apuntó que de seguir conquistando los recursos naturales de otros pueblos, con el costo de un profundo sufrimiento humano, culminarán con las riquezas de esas naciones.

Venezuela y la guerra psicológica

El gobierno encabezado por Donald Trump busca con las operaciones de la guerra psicológica llenar las redes sociales de noticias falsas, como parte del asedio contra Venezuela, denunció.

“Las campañas que gestan los medios de comunicación desacreditan a líderes revolucionarios y los convierten en dictadores y terroristas”, agregó en alusión al complejo escenario en el país sudamericano, donde Washington apuesta por un cambio de gobierno.

Castro Espín recordó que Venezuela es uno de los países más ricos en cuanto a recursos de América Latina y el mundo, al poseer las primeras reservas probadas de petróleo del planeta, además de otras riquezas naturales.

La también sexóloga y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) subrayó que Cuba vivió una guerra psicológica similar, en el empeño de borrar el ejemplo que representó y representa su revolución.

En gran medida esa hostilidad del imperialismo estadunidense tiene como denominador común el tratar de hacer fracasar la experiencia revolucionaria.

Añadió que es sumamente importante que los movimientos de izquierda y las organizaciones políticas y sociales continúen el apoyo a la Revolución Bolivariana y al presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro.

“Estados Unidos se encarga de crear una desestabilización social en la nación sudamericana y mostrar que en Venezuela lo que hay es una dictadura, un sufrimiento y una escasez generada por este gobierno progresista”, insistió.

La punta de lanza de Washington contra Caracas ha sido una alegada crisis humanitaria, a partir de la cual busca una intervención militar arropada en la supuesta necesidad de proteger los derechos humanos, fórmula que empleó antes contra Siria, Libia e Iraq.

Otra de las maniobras estadunidenses fue el reconocimiento del autoproclamado presidente interino Juan Guaidó, lo que Castro Espín calificó de una falta de respeto para el pueblo venezolano, porque se trata de un títere del gobierno de la Casa Blanca que fomenta la guerra psicológica.

Una estrategia repetida

Cuba y Venezuela enfrentan la misma estrategia, con componentes como el estímulo a crisis migratorias, haciendo creer que se huía de lo que llaman “experiencia comunista”, señaló.

Según Castro Espín, el guión imperial contra Caracas apela a aplicar la política del aislamiento, presionando a otros países para que se giren contra Venezuela, lo cual hicieron antes con Cuba.

Asimismo, expresó que a pesar de todas las agresiones con las cuales lidió el pueblo cubano, la unidad fue el factor de resistencia más importante, basada en los valores y principios para la defensa de la Revolución.

En el caso de la isla, recordó agresiones como la de Playa Girón (1961), el estímulo a las bandas criminales en los años 60, la introducción de enfermedades contra personas, plantas y animales, y el terrorismo de Estado, que se derrotaron con el pueblo y el liderazgo de Fidel Castro, lo que dio una gran fortaleza para resistir las situaciones complejas que se avecinaban, afirmó.

Castro Espín enfatizó la importancia de la experiencia cubana de un pueblo que se creció ante la adversidad y siguió desarrollándose en todas las esferas de la sociedad, en el deporte, la salud, la educación, la cultura, la ciencia, sin dejar de poner al ser humano como centro de los objetivos del progreso.

EU intensifica el bloqueo contra Cuba

El bloqueo económico y la persecución financiera son otras armas de la hostilidad de Estados Unidos contra los gobiernos que no aceptan subordinarse.

Esta política busca rendir a los pueblos, una situación que Cuba ha enfrentado durante décadas, pero la Casa Blanca no tiene conciencia del nivel de madurez que ha alcanzado la nación caribeña en estos 60 años de revolución, opinó.

La diputada denunció el impacto de las medidas contra la isla, con un daño acumulado hasta marzo pasado de 933 mil 678 millones de dólares, tomando en cuenta la depreciación de esa moneda frente al valor del oro en el mercado internacional.

En momentos en que Estados Unidos recrudece el cerco, con amenazas de aplicar el Título III de la Ley Helms-Burton, que intensifica el bloqueo, añadió que el gobierno y el pueblo cubanos juntos rechazan la nueva escalada.

Con la aplicación de ese título, la Casa Blanca pretende asfixiar la economía de la mayor de las Antillas, atacando la inversión extranjera con una marcada visión extraterritorial.

“Todo este escenario que montan pertenece, como mencionaba antes, al empeño de materializar la Doctrina Monroe para la completa dominación hegemónica en Latinoamérica”, indicó.

La legisladora advirtió que Cuba vive una hora de cambio en el liderazgo histórico, que va saliendo, y entran las nuevas generaciones de revolucionarios asumiendo las responsabilidades públicas, y Washington quiere probar si resistirán al igual que lo hizo Fidel Castro.

“Ya verán la respuesta de nuestro pueblo y de nuestros líderes, nosotros sí la sabemos, ellos que la adivinen”, sentenció.

Rachel Rivero/Prensa Latina

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