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Venezuela navega entre buques-hospitales y ejercicios militares

Venezuela navega entre buques-hospitales y ejercicios militares

Caracas. Venezuela vive en la actualidad un asedio constante en sus fronteras, tanto marítimas como terrestres, desde donde se instalan ejercicios militares y buques-hospitales, auspiciados por el gobierno de Estados Unidos, que pretende establecer las bases para una intervención militar.

Las autoridades de países como Colombia, Brasil, Chile y Argentina, junto a la derecha venezolana, instigados por Washington, diseñan un escenario en el cual pretenden jugar a la guerra, es decir, una simulación táctica de cómo podría ser una verdadera confrontación armada.

En aras de estudiar las posibilidades intervencionistas, a mediados de agosto el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, realizó un recorrido por varias naciones latinoamericanas con el supuesto objetivo de estrechar lazos de cooperación en materia de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

El jefe del Pentágono no perdió oportunidad en su periplo de explicar que la nave marítima denominada Comfort, y que está próxima a ubicarse en los mares colombianos, recorre constantemente las aguas del Caribe, con el fin de mostrarlo como símbolo de “buena voluntad” de la administración del presidente Donald Trump.

Mattis señaló que con su ubicación en las fronteras con Venezuela, el buque pretende asistir a los emigrantes de este país que cruzan los límites con Colombia, en un supuesto contexto de “crisis humanitaria”, denunciada por la antigua administración de Juan Manuel Santos y la actual de Iván Duque, quienes culparon de la situación al gobierno de Caracas.

La nave partiría de la Estación Naval de Norfolk, estado norteamericano de Virginia, hacia aguas caribeñas, en un momento de disputa geopolítica entre poderes emergentes euroasiáticos (China y Rusia) y Estados Unidos por mayor influencia en la región latinoamericana, mientras Venezuela se encuentra en un momento de reconversión económica estructural, crucial para el futuro del país.

Comfort, ¿buque médico o militar?

El buque fue construido por la Compañía Nacional de Acero y Construcción Naval, división de General Dynamics Corporation, una de las más grandes contratistas a nivel militar para el gobierno de los Estados Unidos.

Desde su puesta en operación en 1976 se encuentra en servicio para la Armada estadounidense, reseñaron un capitán retirado y un comandante de este ejército en un artículo a cuatro manos, publicado en el sitio de análisis militar Centro de Seguridad Marítima Internacional.

Destacaron que la embarcación sirvió como transporte de petróleo, y su nombre original era SS Rose City.

Igualmente enfatizaron que no comprende armas para una ofensiva militar, tácticamente hablando, pero sí posee armamento para su auto-defensa. Incluso la nave está respaldada por la Convención de Ginebra, por lo que si es atacada se considera un crimen de guerra.

Reseña la publicación que las operaciones de “ayuda humanitaria” realizadas por el buque-hospital “son parte vital de la estrategia de la Armada estadounidense, en aras de garantizar estabilidad regional a través de la construcción de alianzas con los socios para expandir la influencia militar”.

Usualmente el Comfort es usado para asistencia en el terreno de fuego de los combatientes del ejército norteamericano, pero también concurre a otras operaciones.

Según el artículo en cuestión, el barco “contiene 12 salas de operaciones totalmente equipadas, una instalación hospitalaria de mil camas, servicios de radiografía digital, laboratorio médico y de optometría, farmacia, planta de tomografía y dos de oxígeno. Además de estar equipado con un helipuerto para grandes helicópteros militares”.

El Comfort ha participado en algunas guerras de importancia para Estados Unidos en el área del Medio Oriente, entre ellas la del Golfo Pérsico (1990-1991) y la de Iraq (2002-2003); su última misión fue en Puerto Rico, en octubre de 2017, tras el paso del huracán María.

En estos momentos, el Comfort se prepara a fondear en aguas colombianas, cercanas a territorio venezolano, no obstante, la decisión del Pentágono se enlaza con los planes de su Alto Mando Militar de cercar las fronteras del país sudamericano para desestabilizar la paz del gobierno bolivariano.
Juegos de guerra del Pentágono

Pareciera que como azar de las gestiones gubernamentales, el arribo del Comfort a las aguas colombianas coincidirá con el desarrollo del Ejercicio Multinacional Unitas-2018, siendo Bogotá su anfitrión, y que tendrá como escenario la fachada marítima venezolana.

Según el Comando Sur de Estados Unidos, este entrenamiento tiene como objetivo socorrer y estabilizar países en contextos de desastres naturales y crisis humanitarias.

La articulación del mensaje como la naturaleza misma de estos ejercicios, indica que los movimientos militares coordinados por el Pentágono proyectan que es por la vía “humanitaria” que buscan gestionar una posible intervención en Venezuela.

La importancia de Unitas-2018 radica en los objetivos establecidos por el alto mando militar estadounidense, quienes llaman a resguardar la región de catástrofes justo en un momento en el que instigan, tanto en los medios como desde la vocería oficial de algunos gobiernos, sobre todo los reunidos en el Grupo de Lima, la propaganda de la “crisis humanitaria” en Venezuela.

Ante este supuesto escenario venezolano, la “comunidad internacional” estaría obligada a tomar acciones diplomáticas contra el Ejecutivo de Nicolás Maduro. Un eufemismo para decir que promueven una intervención militar contra el país sudamericano.

La mira de Washington hacia la región, que considera su “patio trasero”, es de preocupación, sobre todo en un contexto en el que Venezuela se encuentra bajo una situación de asedio económico, comercial y financiero, no obstante, maneja actualmente estrategias para responder internamente a la situación provocada por las agresiones desde el extranjero.

Esta posición de resistencia de las autoridades bolivarianas, con respuestas dinámicas a las acciones injerencistas, obligan a James Mattis y sus representados, a agudizar los intentos de militarización en el marco de la actualización de la Doctrina Monroe, en aras de defensa los intereses económicos estadounidenses puestos en la región latinoamericana.
Odette Díaz Fumero*/Prensa Latina

*Corresponsal en Venezuela.

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