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La salud sexual, un derecho resquebrajado por la discriminación

La salud sexual, un derecho resquebrajado por la discriminación

En México, el derecho a la salud sexual está relacionado íntimamente con la discriminación, ya que hay sectores de la población que enfrentan mayores dificultades, o que son invisibilizados por su condición, cuando quieren acceder a sus derechos sexuales, aseguró Alexandra Hass, titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

En conferencia de prensa, representantes del Conapred, la Asociación Mundial para la Salud Sexual, la Asociación Mexicana para la Salud Sexual (WAS, por sus siglas en inglés) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas expusieron las limitaciones que sufre la población en materia de derechos sexuales (derechos humanos universalmente reconocidos y relacionados con la sexualidad), principalmente, las personas con discapacidad, las poblaciones indígenas,  personas privadas de su libertad o personas en situación de calle.

Luis Perelman, integrante de la asamblea consultiva de la WAS, explica a Contralínea que mucha gente no tiene derecho a estos aspectos relacionados con la intimidad, sobre todo las personas con discapacidad, a quienes se les considera no tienen sexualidad o no pueden entender estos temas.

“Todos tenemos sexualidad y la salud sexual da la oportunidad de conocernos; entender y aprender a decir lo que queremos o lo que nos gusta y eso ayuda a una mejor convivencia”, explica.

De acuerdo con la Encuesta nacional sobre discriminación (Enadis) 2017, el 31 por ciento de las personas con discapacidad afirmó haber tenido, al menos, un incidente de negación de derechos en los últimos 5 años, principalmente en atención médica o medicamentos, apoyos de programas sociales y atención en oficinas del gobierno.

El codirector de la librería El Armario Abierto destaca la necesidad de reconocer que todas las personas pueden escuchar, hablar y expresarse en torno a la formación sexual, pues “la definición de sexualidad tiene que ver con quién soy, qué me gusta, mis emociones, deseos, o cómo experimento placer”, sin embargo, afirma esto no es todo lo que cubre el derecho a la salud sexual.

Por último, Perelman recalca que México necesita que sus profesionales estén capacitados para hablar sobre salud sexual, ya que “todavía se tiene miedo a hablar del tema. Debemos aprender a hablar de la sexualidad de forma seria, segura e integral para que esto sea un factor de ayuda a todo mundo […] todavía nos falta sensibilidad para hablar sin temor y con profesionalismo sobre este derecho”.

De acuerdo con WAS, los 16 derechos que componen los derechos sexuales son: igualdad y no discriminación; vida, libertad y seguridad; privacidad; autonomía e integridad del cuerpo; no tratos inhumanos; no sufrir violencia sexual; derecho al grado máximo alcanzable de salud para experiencias placenteras, satisfactorias y seguras.

También: gozar de los avances científicos; tener acceso a información sobre la vida sexual; educación integral de la sexualidad; poder casarse con quien se desee; derecho a tener, o no, hijos; libertad de opinión; libre asociación para discutir, defender ideas y/o protestar; participar en política para proteger los derechos sexuales y recibir justicia si éstos no se respetan.

Karen Ballesteros