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Ecuador defiende en la ONU sociedades centradas en los seres humanos

Ecuador defiende en la ONU sociedades centradas en los seres humanos

Nueva York, Estados Unidos. La ministra de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador, María Fernanda Espinosa, llamó en las Naciones Unidas a construir sociedades guiadas por el bienestar inclusivo como prioridad.

En el contexto de su visita al cuartel general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, donde cumplió una intensa agenda a principios de junio, la diplomática compartió con Prensa Latina la visión de su país acerca de las principales acciones a emprender para lograr sociedades transparentes, equitativas y profundamente humanas.

El cambio climático, la destrucción de la naturaleza, la corrupción, los paraísos fiscales y la codicia de las transnacionales constituyen en ese sentido cuestiones clave a enfrentar, según expuso.

Espinosa intervino a nombre del Grupo de los 77 más China, bloque de 134 Estados presidido por Ecuador este año, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos y conversó en la sede de la organización con su secretario general, António Guterres, y otras autoridades.

La canciller defendió la responsabilidad de todos los países en la protección y el manejo sostenible de los océanos, amenazados por la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación de sus recursos.

“No hay límites físicos en los mares, son un patrimonio compartido de la humanidad, y por tanto se requiere una acción global y compromisos vinculantes que nos obliguen a descontaminarlos, protegerlos y conservarlos”, señaló en su entrevista con Prensa Latina.

De acuerdo con la funcionaria, no menos importante es garantizar el uso sostenible de los enormes recursos que ofrecen esos espacios marinos, vitales en la protección de la humanidad del cambio climático, al absorber dióxido de carbono y neutralizar así en buena medida sus efectos nocivos.

“Asimismo, los mares tienen estrecha relación con el desarrollo de los pueblos y su seguridad y soberanía alimentaria”, subrayó.

La corrupción, otra amenaza

Espinosa identificó a la corrupción como otro serio obstáculo para lograr sociedades equitativas, un tema que centró sus reuniones con Guterres y con representantes de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito.

Al respecto, insistió en que el combate a la corrupción debe constituir una prioridad global, a partir de los enormes recursos que el flagelo desvía de la atención a las necesidades de los ciudadanos.

En particular, advirtió sobre el obstáculo que representa para la materialización de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, un instrumento multilateral dirigido a erradicar la pobreza extrema y el hambre, reducir las desigualdades y promover el progreso en armonía con la naturaleza.

Para su implementación, los 17 objetivos de la Agenda adoptada en septiembre de 2015 por los 193 Estados miembros de la ONU se necesitan cuantiosos recursos, estimados en billones de dólares.

“Hemos venido a las Naciones Unidas a proponer una agenda de cooperación y de trabajo a nivel internacional en esa materia”, dijo a propósito de la magnitud del desafío.

La canciller de Ecuador mencionó la prevención y el intercambio judicial como componentes de la colaboración promovida.

De acuerdo con Espinosa, su país puso a disposición de la comunidad internacional sus logros en la lucha anticorrupción durante la última década, enmarcados en el proceso de cambio llamado Revolución Ciudadana.

En su entrevista con Prensa Latina, Espinosa afirmó que Ecuador lidera en el espacio multilateral que representa la ONU los esfuerzos internacionales contra los paraísos fiscales y para alcanzar un tratado jurídicamente vinculante que norme el comportamiento de las grandes empresas transnacionales en materia de derechos humanos y protección ambiental.

Al igual que en el caso de la corrupción, la nación sudamericana aboga por una coalición global dirigida a enfrentar la fuga de capitales para burlar el pago de impuestos.

La preocupación de Quito por el tema de los paraísos fiscales viene de experiencias propias, ya que estimados ubican en más de 30 mil millones de dólares, un tercio del Producto Interno Bruto doméstico, la cantidad oculta en empresas offshore.

También la cuestión de las violaciones de las transnacionales responde a un lamentable pasado reciente, el desastre ambiental causado por la compañía petrolera estadounidense Chevron/Texaco en la selva ecuatoriana.

Waldo Mendiluza/Prensa Latina