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2050: menos agua y alimentos

2050: menos agua y alimentos

La urbanización descontrolada, la explosión demográfica y la sobreexplotación de mantos freáticos provocarán que en 35 años casi el 70 por ciento de la población mundial no tenga libre acceso al agua. El líquido apenas alcanzará para la producción de alimentos, sobre todo en los países menos desarrollados. México, entre las naciones que, lejos de almacenar agua, la derrocha sin pensar en el futuro

Cira Rodríguez César/Prensa Latina

La Habana, Cuba. Un anuncio de organismos mundiales alerta al planeta de que el consumo excesivo del agua amenaza con reducir el suministro del preciado líquido en algunas regiones del orbe para 2050, especialmente en países en desarrollo.

Los cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) y el Consejo Mundial del Agua indican que para ese año habrá suficiente agua a fin de producir los alimentos necesarios para una población mundial que superará los 9 mil millones de personas. Pero el gasto desmedido, la degradación de los recursos y el impacto del cambio climático reducirán las disponibilidades de tan importante recurso.

Un estudio conjunto de ambas entidades pondera tales factores con el objetivo de salvaguardar los recursos hídricos, por lo que llama a los gobiernos a diseñar políticas y atraer inversiones hacia el sector con el fin de garantizar que la agricultura, la ganadería y la pesca se hagan de forma sostenible.

Para respaldar la convocatoria, la FAO y el Consejo Mundial del Agua, argumentaron que en 2050 la producción de alimentos necesitará entre un 60 y el ciento por ciento del agua disponible en la tierra en los países menos desarrollados.

En sus estadísticas recogen que en la actualidad la escasez de agua afecta a más del 40 por ciento de la población mundial, mientras que en 2050 esa proporción alcanzará los dos tercios, sobre todo por el consumo excesivo en la elaboración de alimentos y la agricultura.

Al respecto, ejemplifican que en grandes zonas de Asia, Oriente Medio, África del Norte y América del Norte y Central se utiliza más agua subterránea de la que se puede reponer de forma natural.

En el estudio también participaron especialistas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por su sigla en inglés), el Banco Mundial, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y la Asociación Internacional de Hidrogeólogos, quienes pidieron a la comunidad global actuar con urgencia y frenar el agotamiento y degradación cada vez más rápidos de los recursos hídricos, en particular las limitaciones que presentan los subterráneos.

Dichas organizaciones coincidieron en que la escasez será provocada por la urbanización, el crecimiento demográfico y el aumento de la demanda de agua para la producción de alimentos, la energía y la industria, en tanto la forma actual de hacer negocios de esos sectores llevará al mundo a un “colapso del sistema socioeconómico global”.

Según sus expertos, es importante asegurarse de que las personas reciban la cantidad de agua necesaria para vivir, sin ninguna clase de exceso.

En tal sentido solicitan mejorar la gestión de las aguas y hacen un enérgico llamado para la acción colectiva y responsable de los gobiernos y la comunidad mundial bajo el propósito de asegurar el uso sostenible de ese imprescindible recurso natural.

Por el desmedido empleo y desatención de las aguas freáticas se ha provocado su degradación y agotamiento, ya que las extracciones mundiales se triplicaron en los últimos 50 años, y más de la cuarta parte de las extracciones actuales no son sostenibles. Adicionalmente, la mayoría de los acuíferos urbanos sufren de problemas de saneamiento, mientras que los costeros están expuestos a la intrusión de agua salina. En tanto, la polución industrial, los pesticidas y los fertilizantes también llegan a los depósitos freáticos, acota el estudio de los organismos de la ONU.

Señala la investigación que la intensidad de las extracciones es mayor en amplias zonas de China, India, Pakistán, Bangladesh, Irán, Estados Unidos, México y Europa, lo cual podría resultar en la pérdida de reservas de agua dulce. Esto en un momento en que su almacenamiento es fundamental para garantizar la seguridad hídrica y la adaptación al cambio climático.

 “Desde tiempo inmemorial el ser humano ha buscado el agua en el subsuelo. Pero hemos pasado de una aldea que dependía de un pozo a ciudades e industrias enteras que dependen de las aguas subterráneas”, señala el director de recursos hídricos del Grupo del Banco Mundial, Junaid Ahmad.

Y agrega: “Hemos aprendido a cavar cada vez más profundo, a bombear cada vez con más fuerza, y cómo convertir los desiertos en graneros. Pero también hemos aumentado la velocidad a la que extraemos nuestras aguas freáticas, por lo que no debería sorprendernos que nuestros pozos se sequen”. Añade que: “Al igual que hemos invertido en bombas y cultivos, tenemos que invertir ahora en la gobernanza de las aguas subterráneas”.

Las aguas subterráneas son indispensables para reducir la pobreza y compartir la prosperidad. Suponen más de un tercio del suministro municipal e industrial y alimentan alrededor del 40 por ciento de la agricultura de regadío del planeta. Su potencial es ser una fuente mejorada de agua potable para millones de pobres urbanos y rurales, además de que muchos campesinos pobres y sus familias dependen de ella para regar cultivos y mantener sus medios de subsistencia.

De acuerdo con la FAO, este escenario es una convocatoria urgente a los responsables de la toma de decisiones para actuar ahora con políticas correctas y así ayudar a alcanzar los objetivos compartidos a nivel mundial de desarrollo social y económico.

La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, afirmó que para que la gobernanza de las aguas subterráneas sea una realidad, es necesario fomentar la cooperación entre los países, especialmente sobre los acuíferos trasfronterizos, pues el agua afecta directamente al futuro.

Crecimiento demográfico demandará más agua

Para 2050 se calcula que dos tercios de la población mundial vivirán en las ciudades y esto conllevaría a que la demanda de agua aumente en un 55 por ciento, debido a la creciente urbanización en los países en desarrollo. Los investigadores predicen que esto podría disminuir el acceso al agua potable y saneamiento adecuado en las zonas urbanas de mayor crecimiento.

Por ejemplo, en África Subsahariana el porcentaje de personas que tienen agua corriente en sus instalaciones se ha reducido del 42 al 34 por ciento desde 1990, debido a la rápida y no planificada urbanización.

Todavía quedan en el mundo 748 millones de personas que no tienen acceso al líquido libre de contaminación, y las primeras víctimas de esta situación son los pobres, los marginados y las mujeres, según el estudio.

De ahí la creciente necesidad de que las entidades públicas y privadas promuevan la construcción de importantes proyectos de infraestructura. Sin embargo, los proyectos hídricos han sido ampliamente marginados en comparación con otras inversiones a pesar de su trascendencia.

En la actualidad se calcula que tan sólo el suministro de agua y las instalaciones sanitarias requerirán de 6.7 billones (millones de millones) de dólares para 2050.

Comentarios del presidente del Consejo Mundial del Agua, Benedito Braga, subrayan que “a pesar de que el financiamiento para el sector del agua puede justificarse fácilmente por la urgente necesidad para adaptarse a los cambios globales, entre los que se cuentan el clima, el crecimiento de la población y la urbanización, la inversión en infraestructura hídrica está subdesarrollada”.

En su opinión, la seguridad alimentaria e hídrica están estrechamente unidas, por lo que se necesita desarrollar enfoques locales y con las inversiones adecuadas para que se puedan garantizar estos rubros en 2050 y más allá.

Lo cierto es que el llamado a la comunidad internacional es afrontar el cuadro completo del agua y reunir a dirigentes gubernamentales, inversionistas, banqueros, actores económicos y funcionarios, para hacer frente al déficit de infraestructura de maneras novedosas y creativas, y financiar la gama de productos, servicios y funciones que faciliten la seguridad global del preciado líquido.

Cira Rodríguez César/Prensa Latina

[LÍNEA GLOBAL]

 

 

 

 Contralínea 442 / del 22 al 28 de Junio 2015