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La tragicomedia de María Antonieta analizada por Stefan Zweig

La tragicomedia de María Antonieta analizada por Stefan Zweig

I. Hay escritores que con su investigación e imaginación creadora hacen de un asunto, por irrelevante que sea, un magnífico y cautivador texto. Es el caso de Stefan Zweig (1881-1942), novelista, narrador y ensayista de grandes biografías, como su memorable Fouché. Stefan Zweig cosechó toda la cultura de Europa y de Inglaterra con la que tuvo amplia perspectiva de lo universal. Lo que tocaba su escritura, como el rey Midas, lo convertía en oro literario para forjar obras magníficas. Y perdurables. Nacido austriaco, se educó en la Viena paridora de grandes pensadores (Carl E Schorske, Viena: final de siglo. Política y Cultura, ensayos traducidos por Iris Menéndez, que en otro Ex Libris daré noticia). Fue un sabio que reflexionó como erudito. Como también hizo Hans Kelsen (1881-1973), maestro de la ciencia del derecho anclado a la legislación positiva y escrita, quien saliera de su patria huyendo de la monstruosidad del nazismo y se fuera a Brasil, decepcionado de la incultura y contracultura hitleriana, racista y estúpida, por la que muchos intelectuales pusieron el Océano Atlántico de por medio; o como la pensadora Hannah Arendt, cuya biografía es de indispensable lectura (Elizabeth Young-Bruehl, Hannah Arendt, editorial Paidós).

II. Me parece que le conmueven a Zweig los últimos días de María Antonieta, la esposa del mediocre Luis XVI, al que en buena hora le estalló la gloriosa Revolución Francesa de 1789. Mujer de una naturaleza humana 1 millón de veces superior a con quien fue casada, al estilo de los matrimonios para resolver problemas de poder político; amparadas esas monarquías preconstitucionales en el derecho natural para justificar las autocracias (John Neville Figgis, El derecho divino de los reyes). En casi 3 años, de la Fuga de Varennes hasta su decapitación en 1793, María Antonieta se transforma en una mujer digna de una biografía al estilo de Stefan Zweig (ver de Daniel Arasse, La guillotina y la figuración del terror, Labor Editorial, reforma penal propuesta por el médico Joseph Ignace Guillotin). Bastaban unas cuantas líneas para describirla, pero Zweig la inmortalizó en 530 páginas que Carlos Fortea ha traducido. Cuarentaicinco capítulos pasan revista a sus 20 años de reina; y nos llevan al clímax biográfico de una tragicomedia: la decapitación (como en la novela de Vladimir Nabokov, Invitación a una decapitación, autor también de la célebre Lolita).

III. Es la de María Antonieta la fugaz vida de una mujer común y corriente, que de la noche a la mañana es “arrojada de una casa imperial de cien habitaciones a una miserable mazmorra, del trono real al patíbulo, de la carroza de oro y cristal al carro del matadero”. Y lo hizo con dignidad femenina. Zweig crea una María Antonieta superior a la original y nos convence de que ella merecía esta vibrante biografía. La recrea más allá de lo que fue: “Un carácter mediocre, una mujer realmente normal; ni especialmente tonta, ni fuego ni hielo, sin especial fuerza para el bien y sin la menor voluntad para el mal. La mujer promedio de ayer, hoy y mañana, sin inclinación a lo demoniaco, sin voluntad para lo heroico y, por tanto, en apariencia difícilmente objeto de una tragedia”. Tal vez para una tragicomedia. Y nos arrastra con su prosa a leer una extraordinaria biografía sobre una mujer en el último periodo de su vida. Lectura atractiva con la que Zweig nos da un panorama desde 1755 hasta 1793, cuando se está gestando la Revolución de 1789 y que Alexis de Tocqueville nos explica, genialmente, en su libro El antiguo régimen y la revolución, en Alianza editorial.

Ficha bibliográfica:

Autor: Stefan Zweig

Título: María Antonieta

Editorial: Acantilado, 2012

Álvaro Cepeda Neri*

*Periodista

 

 

 

Contralínea 435 / del 04 al 10 de Mayo 2015