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Voto nulo o abstención favorece al mal gobierno

Voto nulo o abstención favorece al mal gobierno

Ganaremos nosotros,/ los más sencillos/ ganaremos,/ aunque tú no lo creas/ ganaremos

Pablo Neruda

México sufre una grave crisis humanitaria, social, política, económica y nacional. La fusión de los principales partidos políticos nos ha hundido, provocando un retroceso sin precedentes que ha eliminado las conquistas nacionales y sociales; pero esto será temporal, habrá que recuperar y reconstruir el país, será una tarea larga y ardua.

La unión de todo el pueblo es vital para este fin, por eso el mal gobierno busca dividirnos, por cuestiones de género, edad, origen nacional, religión, ideología política, preferencia sexual, nivel socioeconómico, etcétera. También promueve la división entre los que están a favor de las elecciones y los que no, los que van a votar y los que no. No nos dividamos por esta cuestión, no es un problema de principios, es un problema táctico. De cualquier manera hay que ser responsables, analizar la situación y ante la coyuntura actual es necesario tomar postura.

Durante la larga noche del neoliberalismo han mantenido marginada de la política a la población. La campaña contra todos los partidos, los políticos y la política esta orquestada como alternativa y para sumergirnos en la depresión o caer en actos desesperados que faciliten la represión brutal del gobierno y la mano dura.

Para matar la esperanza tratan de convencer a la gente de que no hay salida: “todos los partidos son iguales”, “todos los políticos roban”, “todo es una porquería”… Y si surge y se organiza un nuevo partido político con la finalidad de defender derechos y soberanía y todas las mejores causas del pueblo, dicen que se va a podrir igual que los demás. Éste es un pensamiento simplista, reaccionario e irreal.

No todos los políticos son iguales, no son lo mismo políticos como Enrique Peña o Carlos Salinas a políticos como Benito Juárez o Lázaro Cárdenas… No es igual un Porfirio Díaz a un Emiliano Zapata, o un Santa Anna a un Francisco I Madero, cada cual ha actuado en defensa de determinadas fuerzas; unos a favor de la oligarquía, otros a favor de la sociedad, unos a favor de intereses extranjeros, otros en beneficio de México… Hay diferentes intereses y hay diferentes políticos: unos sirven a las corporaciones, otros al pueblo.

Las campañas de “decirle no a los políticos” o de no votar llevan a que los políticos corruptos y vendepatrias que compran el voto sigan en el poder. En las elecciones de 2015 el voto nulo sólo favorecerá al mal gobierno, que de todas formas va a comprar un porcentaje suficiente de votos o cooptar una minoría de personas (Lorenzo Córdoba dijo que con el 5 por ciento basta) para mantenerse en el poder. De modo que la abstención no es la salida, es mejor votar y hacerlo conscientemente, eligiendo cuidadosamente, votando por quien representa la oposición al Pacto anti México, a las reformas de Peña y sus aliados (la reforma energética, la laboral, educativa, fiscal, financiera, en telecomunicaciones, política); a quien lucha contra la corrupción y busca la transformación del país. El Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el nuevo partido político de auténtica oposición en el que milita Andrés Manuel López Obrador luego de salirse del Partido de la Revolución Democrática ha luchado contra las anteriores reformas, que más bien han sido contrarreformas.

La campaña “todos son iguales”, que mete en el mismo saco a los que están con la oligarquía y a los que están con el pueblo es sumamente nociva. Desgraciadamente el clima de hartazgo social, de indignación y desesperación crea las condiciones para que tome fuerza esa postura. Además de que tradicionalmente en la elección intermedia hay un alto abstencionismo.

En realidad la idea que asegura que no votar es lo mas revolucionario es falsa. La historia nos lo demuestra. En febrero de 1907 los bolcheviques participaron en elecciones en la más reaccionaria de las Dumas, llamando a votar, aunque el zarismo era una monarquía dictatorial y reaccionaria. Por otro lado, para impulsar una dictadura de derecha, una de las tácticas de los golpistas es criticar la idea de votar. En 1936, durante la República Española, Francisco Franco –quien impuso una dictadura en España– criticaba las elecciones, el voto y los partidos. En Estados Unidos el número de votantes para las elecciones de 2014 fue aproximadamente de 36.4 por ciento, lo que significa que casi dos tercios de los votantes se quedaron en su casa. ¡Ganó la abstención! ¿Y qué se logró? El avance de los republicanos. El que la gente no vote demuestra el rechazo general al sistema político, pero para cambiarlo hace falta participar.

Las elecciones, además de llevar a votar, también sirven para difundir proyectos de país, ideas, propuestas, para politizar a la población. Las elecciones pueden y deben movilizar a la población y elevar su nivel de consciencia. La cuestión es que la población se organice, decida, luche por sus intereses; que la población haga política favorable al pueblo. La solución no está arriba, lo del voto es una cuestión táctica, lo importante es la organización y tomar decisiones que lleven adelante los intereses del pueblo.

Las diferencias de todo tipo entre los partidos son grandes, por ejemplo no todos los partidos reciben la misma cantidad de dinero. Este 2015 al Partido Revolucionario Institucional (PRI) le darán 1 mil 376 millones de pesos, al Partido Acción Nacional (PAN) 1 mil 158 millones, al Partido de la Revolución Democrática (PRD) 886 millones… Mientras que, por ejemplo, Morena recibirá solamente 120 millones, y lo mismo sucederá con los spots de radio y televisión. ¡Qué inequidad! Habría que dejar de financiar a los partidos para financiar sí, a un proceso electoral equitativo en el que todos los candidatos tengan el mismo acceso a medios de comunicación y a la difusión masiva de sus propuestas, sin darles dinero directamente. Eso sería democrático. Fortalecer la partidocracia es antidemocrático y más que otorguen los recursos de esa forma tan desproporcionada.

Pero que la gente vote conscientemente, no por el que le da despensas y regalos o le compra su voto. El mexicano tiene un sentido de lealtad y si recibe algo se siente comprometido a votar por el que le regaló. Y esa virtud se convierte en defecto… Hay que trabajar en la conciencia para que el voto sea efectivamente libre y no se aprovechen de la pobreza e ignorancia para que la población vote por los corruptos a cambio de unos cuantos pesos.

Las formas de movilización y participación popular son varias, el voto es una de ellas. Más temprano que tarde México saldrá adelante. Hay un gran despertar del pueblo. Es hora de unirnos y organizarnos para cambiar el régimen. Frente al poder de la oligarquía y sus partidos, PRI, PAN, PRD y aliados, hace falta construir el poder democrático del pueblo y para el pueblo.

Si la población no vota, con una minoría que sí lo haga los partidos que gobiernan actualmente se pueden mantener en el poder; si la población vota masivamente se puede lograr el cambio. Actualmente la mayoría no elige a sus representantes. Por ejemplo: Peña Nieto logró sentarse en la silla presidencial gracias a una minoría. De un padrón de 84 millones 464 mil 713 votantes, Peña Nieto obtuvo tan sólo 19 millones 226 mil 784 votos, que significa solamente el 22.7 por ciento. En otros países latinoamericanos con elecciones participativas se ha logrado cambiar la situación. Tal es el caso de Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay, El Salvador, Nicaragua o Venezuela.

El 18 de diciembre de 2005, Evo Morales ganó la Presidencia de Bolivia como candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), el cual encabezó las protestas ocurridas en octubre de 2003 que provocaron la caída del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Evo ganó con 54 por ciento de los votos y asumió el cargo de presidente el 22 de enero. Llamó a una Asamblea Constituyente y ha recuperado los recursos y la dignidad de Bolivia.

El domingo 6 de diciembre de 1998 se llevaron a cabo elecciones para elegir al presidente de Venezuela, siendo ganador Hugo Chávez del Movimiento V República. Gracias a una copiosa votación llegó Chávez a la Presidencia que inició en febrero de 1999, llamó a una Asamblea Constituyente que aprobó una Constitución Política votada en referéndum en diciembre de 1999 con el 70 por ciento de apoyo popular. Posteriormente fue reelecto en 2000, 2006 y 2012. En 2004 ganó un referéndum de revocación de mandato.

El 26 de noviembre de 2006, en una segunda vuelta fue electo Rafael Correa como presidente de Ecuador con el 56.67 por ciento de los votos válidos. Las elecciones presidenciales de Ecuador de 2006 se realizaron mediante dos vueltas electorales. También organizó una Asamblea Constituyente. La Asamblea inició sesiones el 30 de noviembre de 2007.

El 9 de marzo de 2014, el Frente Farabundo Martí para la Liberación ganó la Presidencia en una segunda ronda entre los candidatos Salvador Sánchez Cerén (del Frente) y Norman Quijano (de la Alianza Republicana Nacionalista). El Frente lo logró luego de más de 2 décadas de enfrentar a la derechista Alianza Republicana, respaldada por Washington. El Frente comenzó ganando elecciones municipales y luego alcanzó a ganar la Presidencia, la primera vez con el candidato externo Mauricio Funes y el año pasado con un candidato propio.

El 27 de octubre de 2002 Luiz Inácio Lula da Silva fue elegido presidente de Brasil. Ganó la Presidencia derrotando al delfín de Cardoso, José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña. Asumió la Presidencia de Brasil el 1 de enero de 2003 tras ganar las elecciones en segunda vuelta con el mayor número de votos de la historia democrática brasileña: 52 millones 400 mil votos, alcanzando el 61 por ciento de los sufragios. En su discurso de toma de posesión, Lula declaró entre sollozos: “Y yo, que durante tantas veces fui acusado de no tener un título universitario, consigo mi primer diploma: el título de presidente de la república de mí país”.

En Uruguay, el 31 de octubre 2004, el candidato de centroizquierda Tabaré Vázquez resultó ganador con el 51.67 por ciento de los votos, según el resultado oficial anunciado por la Corte Electoral de Uruguay el 6 de noviembre, siendo proclamado presidente el 8 de noviembre. Asumió el cargo el 1 de marzo de 2005.

En Argentina, el 27 de abril de 2003, Carlos Menem y Néstor Kirchner, ambos candidatos del Partido Justicialista, pasaron a la segunda ronda al ser incapaces de obtener el 45 por ciento de los votos válidos. La segunda vuelta le dio el triunfo a Kirchner.

En Nicaragua, en las elecciones del 5 de noviembre de 2006, Daniel Ortega logró obtener los votos necesarios para asumir nuevamente la Presidencia de ese país centroamericano.

En los países referidos se ha vivido un proceso de avance en el ejercicio de la soberanía nacional y popular y en las reformas positivas que llevan a una vida mejor para el pueblo. Ganar el gobierno no significa el fin del proceso ni la toma del poder del Estado, pero sí es un paso hacia adelante en la lucha por justicia, democracia, independencia y paz.

En México, la táctica correcta para canalizar el descontento es la de organizarnos y movilizarnos por nuestras demandas; y entre las variadas formas de lucha, votar también lo es. En 2015 votar es luchar por la transformación.

Pablo Moctezuma Barragán*

*Politólogo y urbanista. Dirigente de Mexteki y vocero del Congreso de la Soberanía

 

 

Contralínea 422 / del 01 al 08 de Febrero 2015