Cada temporada se cometen decenas de fraudes en las corridas de toros celebradas en la Plaza México. De acuerdo con reportes oficiales obtenidos por Contralínea, cada tarde de lidia son aventados al ruedo becerros o novillos –no toros– lastimados, con los cuernos recortados o sin las condiciones adecuadas de peso o de trasladado. Los empresarios dueños del negocio –encabezados por Rafael Herrerías, socio y apadrinado de Miguel Alemán Magnani– controlan todo el proceso de “verificación” de la edad y cumplimiento de los requisitos. Las autoridades del Distrito Federal, tanto del gobierno central como del delegacional, se muestran condescendientes con la Productora Global EMT, a cargo de todo lo que ocurre en “el coso más importante de América”. Ante cada denuncia, los dueños adquieren mayor control: en la temporada de novilladas que inició este 7 de julio se estrena como veterinario sancionador Javier García de la Peña, apenas unas semanas antes, empleado de Herrerías

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Fuente: Contralínea 342 / julio 2013