El gobierno de Daniel Ortega abre la puerta como ningún otro país del continente al gigante asiático: China. Un nuevo canal interoceánico, construido ciento por ciento con capital chino, competirá fuertemente con el Canal de Panamá. La negociación ha proyectado un crecimiento descomunal en el PIB de Nicaragua: del ciento por ciento para 2018. Sin embargo, los costos también son altos: los inversionistas tendrán control total del canal por 100 años y los perjuicios al medio ambiente son incuantificables. Las oposiciones de derecha y de izquierda tildan al gobierno de “vende patrias”