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El monopolio de la privacidad

El monopolio de la privacidad

Si la información es poder, entonces Facebook, la red social con más de 1 mil millones de usuarios, es Zeus omnipresente y supervisor del universo. Recientemente este dios cibernético aprendió cómo apuntar su rayo a personas con características tan específicas que hasta un agnóstico creería en su poder divino.
 
 
Facebook lanzó su herramienta graph search o búsqueda gráfica, en versión beta (fase experimental), para permitir a los usuarios encontrar información sobre las preferencias, ubicación, actividades, fotografías e intereses de sus amigos. En un futuro cercano será posible buscar en español, por ejemplo, cuáles amigos de los amigos viven en el Distrito Federal y comieron en un restaurante chino en 2012.
 
Actualmente búsqueda gráfica funciona para usuarios que se suscriben a la fase experimental en la versión en inglés de Facebook. Por un lado, la nueva herramienta de búsqueda permite acercar a usuarios con intereses similares en comida, películas, libros y destinos turísticos. Si quien está en Facebook es realmente quien dice ser, esta herramienta reduce los grados de separación entre personas y les ofrece la posibilidad de ampliar sus redes sociales. Sin embargo, existen otros focos rojos que alumbran el nacimiento de búsqueda gráfica.
 
La ambición de Facebook es ofrecer un buscador con información privilegiada que ninguna otra compañía tiene: datos personales. Mientras el buscador Google ofrece información sobre el mundo entero, Facebook compite por un servicio que se enfoca en lo local más que en lo global. El peligro yace en que el acceso de Facebook a nuestra información personal le otorga el monopolio de la privacidad. ¿Estamos listos para prescindir de nuestra intimidad a costa del acceso fácil a la información?
 

La incertidumbre es la única garantía

 
Tenemos poca información sobre cómo funciona búsqueda gráfica; es tan escueta como los avisos de Facebook sobre cambios en su política de privacidad. Quien escriba un mensaje en su muro diciendo que no le otorga a Facebook derecho de usar su información está perdiendo su tiempo.
 
Si al usuario le interesa proteger su privacidad, debe invertir tiempo en buscar y entender cómo flotan sus datos en la nube de internet. Al igual que muchas aseguradoras que buscan postergar los reembolsos con peticiones burocráticas, y generalmente innecesarias, Facebook apuesta a que el usuario común no tenga interés, tiempo ni conocimiento sobre el acceso a su propia información.
 
El lado oscuro de búsqueda gráfica es que ofrece información sesgada. No es neutral ni incluyente, ni siquiera refleja la realidad de amigos o conocidos. Por el contrario, filtra a priori la información que considera le interesará al usuario. En otras palabras, predetermina qué podría interesar al usuario dentro de un sinfín de posibilidades. Si bien esto podría ahorrarle tiempo al cibernauta, en este caso la búsqueda se genera dentro de opciones ya limitadas (las preferencias de amigos) y las filtra o limita aún más para “facilitar” la toma de decisiones.
 
Más allá de la confianza que se le puede tener a este pionero buscador de Facebook, la premisa bajo la cual se construyó es altamente cuestionable: “Las preferencias de mis amigos me interesan. Sus preferencias son similares a las mías. Yo tomaré decisiones con base en las preferencias de mis amigos”.
 
Existe un sinfín de casos en los que la búsqueda de Facebook presentaría información incorrecta que el usuario consideraría información confiable. Los restaurantes más visitados por los “amigos” no son necesariamente los que ellos consideraron los mejores. Lo que “le gusta” a alguien define quién es él para el buscador: si me gusta el activismo, Facebook me considera un activista. Los seres humanos no somos tan fáciles de encasillar en “bloques de preferencias”. Si lo fuéramos, la libertad de elegir poco importaría.
 

Afuera de la burbuja idílica

 
¿Qué otras implicaciones tiene búsqueda gráfica? El siguiente paso después de este experimento será la publicidad personalizada: misiles lanzados hacia objetivos específicos. Si a Juan Pérez le gusta la banda de rock el Tri, seguramente los amigos que lo acompañaron a un concierto pronto recibirán publicidad de eventos similares en sus noticias en Facebook. En realidad no es que nos laven el cerebro, pero sí que lo llenarán de información que tiene el potencial de afectar nuestra toma de decisiones (y de consumo) en el futuro.
 
Más aún, búsqueda gráfica fue diseñada sin tomar en cuenta consideraciones regionales. En México, al igual que en otros países donde permea la inseguridad, esta herramienta facilita el acceso a presas humanas. Sólo hace falta crear un perfil con una identidad falsa de un “amigo en común” para entrar en un círculo de confianza. El siguiente paso es tan sencillo como sugerir: “Busca a todos los amigos de Ricky Ricón que viven en Las Lomas”.
 
En muchos países, la policía y servicios de inteligencia utilizan las redes sociales para obtener información sobre criminales, si bien algunos son poco astutos y presumen sobre sus fechorías. Búsqueda gráfica es una un arma de doble filo. Mientras no exista mayor involucramiento de la sociedad civil en la protección de datos personales, estamos arriesgando mucho a cambio de obtener sugerencias sobre “qué película ver el próximo domingo”.
 
Por el momento, hay que enfrentar este exceso de información con acceso limitado a ella. Bajo la opción de accesos directos de privacidad es importante elegir quién puede ver publicaciones antiguas y futuras. El registro de actividad es el diario del ciberespía, ya que muestra una minuciosa y preocupante lista de comentarios “me gusta” y visitas a los perfiles de otros usuarios. Además, es recomendable restringir el acceso público al perfil personal para que sólo amigos y conocidos lo vean, al seleccionar esta opción dentro de cada una de las categorías (formación y empleo, residencia, etcétera).
 
Los usuarios de Facebook deben mantenerse informados de los cambios en la política de privacidad, que aunque imperceptibles, tienen un impacto inimaginable. La gran incógnita es si la información personal ya es pública, ¿qué garantía hay de que sólo le llegue a las personas en las que se confía? Facebook facilita las conexiones sociales, pero también demuestra que cambia las reglas del juego una y otra vez. Facebook controla el acceso a datos personales, y probablemente los secretos más reveladores y sensibles de más de 1 mil millones de personas.
 
*Maestra en estudios de paz internacional por la Trinity College, de Dublín, Irlanda; politóloga e internacionalista por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, de México
 
 
Fuente: Contralínea 329 / Abril 2013