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México, sin registro oficial y confiable de feminicidios

México, sin registro oficial y confiable de feminicidios

⇒ Parte II: México, sin registro oficial y confiable de feminicidios

El Estado mexicano carece de un registro confiable de feminicidios, y las pocas estadísticas que existen al respecto son manipuladas con secrecía por las instituciones públicas. Dilcya García, titular de la Conavim, manifiesta que no resulta constructivo señalar a los responsables de esta omisión. Para la representante de la Segob el registro más confiable tendría que emanar de las procuradurías locales, lo que además permitiría indagar en el ámbito de la procuración de justicia

 
 
A pesar del repunte de los asesinatos de mujeres en los últimos años, el Estado mexicano no cuenta aún con un registro confiable respecto de los feminicidios que ocurren en el país, es decir, de los crímenes contra mujeres motivados por razones de género.
 
A esto se suma el hecho de que las pocas estadísticas que existen son manipuladas con secrecía por las instituciones públicas. Prueba de ello, apunta el Estudio nacional sobre las fuentes, orígenes y factores que producen y reproducen la violencia contra las mujeres, elaborado por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), es que “mediante el seguimiento de solicitudes de información se encontró que éstas se turnan de una instancia a otra sin saber cuál es la responsable de generar y sistematizar la información”.
 
Estudios como el de la Conavim o el de la Comisión Especial para el Seguimiento de los Feminicidios de la Cámara de Diputados, basados en las muertes violentas que reportan las estadísticas vitales de la Secretaría de Salud, representan tan sólo un acercamiento al fenómeno.
 
—¿Por qué hasta la fecha el Estado mexicano no cuenta con un registro sobre los feminicidios perpetrados en México? ¿Quién está fallando?
 
—En principio, no resulta constructivo hacer un señalamiento categórico de los culpables, sino mejor dicho, a partir de la identificación de los puntos que todavía tenemos por trabajar dentro de la administración pública, tanto federal como local, ir identificando caminos para mejorar el tema de las cifras –responde Dilcya García, quien desde agosto de 2011 encabeza la Conavim, instancia dependiente de la Secretaría de Gobernación (Segob).
 
De acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, corresponde a la Secretaría de Seguridad Pública “publicar semestralmente la información general y estadística sobre los casos de violencia contra las mujeres para integrar el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres”.
 
A decir de la representante de la Segob, el registro más confiable al respecto tendría que emanar de las procuradurías locales, lo que además permitiría indagar en el ámbito de la procuración de justicia. Saber así cuántas averiguaciones previas se inician por feminicidio, cuántas se consignan y cuántas terminan en sentencia condenatoria.
 
Sin embargo, a la fecha esta herramienta resulta ineficaz, como consecuencia de la falta de tipificación del feminicidio en todos los códigos penales del país. Y es que “para poder hacer una confronta adecuada en cuanto a registros de averiguaciones previas se refiere, en principio debes tener tipificado el feminicidio en todo el país; esto, al día de hoy, todavía no ocurre. En el momento en que ya ocurra, podremos ver el comportamiento del tipo penal en un lapso de tiempo, para efectos de poder compararlo en una entidad federativa y en otra”, comenta Dilcya García.
 
Aunado a lo anterior, cada procuraduría o fiscalía local debe contar con un buen componente institucional en materia de política y estadística criminal que les permita generar bases de datos compatibles.
 
Una de las acciones que ha emprendido la Conavim para promover el tipo penal feminicidio en la República Mexicana (en el marco de su programa de regionalización) consiste en reunirse con procuradores y legisladores locales. De la experiencia que data de 2012, Dilcya García concluye que aunque ha habido “buena respuesta por parte de muchos actores”, también hay resistencias. Éstas se derivan de la tendencia a minimizar el tema de las mujeres al espacio doméstico, como parte de la cultura del rol sexual, o del “miedo” que tienen los gobernantes “de que les llevemos el feminicidio a los estados”.
 
Este tema no es ajeno a la Comisión Especial para el Seguimiento de los Feminicidios de la Cámara de Diputados.
 
Guadalupe Socorro Flores Salazar, diputada de la LXII Legislatura y presidenta de esa Comisión, refiere que “el trabajo que tenemos que realizar es arduo. Se tiene que dar realmente un seguimiento. No es solamente reunirnos con procuradores para saber cuántas cifras tienen. Es reunirnos y darle seguimiento al porqué no se ha solucionado el caso de los feminicidios. Cuántos hay, por supuesto, tendremos que saber; para ello tendremos que hacer investigaciones y estudios”.
 
—¿Cuáles son los principales retos de la Comisión que encabeza en materia de feminicidios?
 
—Parar el índice de feminicidios, trabajar en la cuestión de la prevención, que es una parte importantísima, y tener un estudio puntual sobre los feminicidios en el país –responde la integrante del Partido de la Revolución Democrática.
 
 

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