Ocho contratos firmados entre la Sedena y una empresa estadunidense provocan intensas auditorías de las dos instituciones fiscalizadoras en México: la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación, las cuales incluso trasladaron a sus titulares a las oficinas castrenses para encabezar las revisiones. La propia Secretaría de la Defensa Nacional inició una investigación, a través de su Inspección y Contraloría General del Ejército y Fuerza Aérea. Los productos y servicios adquiridos son para uso de las secciones Segunda y Séptima del Estado Mayor, y se utilizarían para espiar y contener los movimientos armados y desarticular los cárteles del narcotráfico. La disputa por la sucesión al interior de las Fuerzas Armadas deja al descubierto las capacidades tecnológicas adquiridas por la inteligencia militar en los últimos dos años de gobierno de Felipe Calderón. Una nueva indagatoria ahora inicia la Policía Militar: busca descubrir quiénes filtraron los documentos



Sin irregularidades… Hasta el momento

Mandos superiores: “traiciones”



Fase 1: instalaciones adecuadas

Segunda fase: integración de la Plataforma Pegasus
Tercera fase: Pegasus, el espionaje total

Más contratos para inteligencia militar
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