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Guerrero un coctel explosivo: Torreblanca

Guerrero un coctel explosivo: Torreblanca

Portada

El gobernador del estado Zeferino Torreblanca Galindo, quien se autodefine como “un político por vocación”, reconoce que en Guerrero asola el crimen organizado, el narcotráfico, la violencia en las siete regiones, la pobreza extrema de la mayoría de la población; la Secretaría de Educación convertida en una bomba de tiempo, y la existencia de la guerrilla, que convierten a la entidad en “un coctel explosivo”.

Las condiciones en Guerrero están para generar un coctel explosivo, se reúnen todos los elementos: hay pobreza, marginación, atraso, abuso, hay drogas, el magisterio, problema de seguridad nacional, reconoce el gobernador guerrerense, Zeferino Torreblanca.

Violencia y narcotráfico

Torreblanca comenta que el problema del narcotráfico es preocupante no sólo por la capacidad para enfrentarlo, sino por el enorme deterioro de la sociedad en su conjunto. “Cómo hemos ido perdiendo a nuestros jóvenes, y cómo se han ido incorporando a esta actividad”, reflexiona.

“Guerrero tiene en sus indicadores negativos el tema del fallecimiento por asesinatos, que tiene que ver con la disputa de tierras, el alcoholismo, y razones históricas que hacen que las diferencias se sigan dirimiendo a través de la violencia. Muertes que no tienen nada que ver con el crimen organizado, nada con la violencia que hoy se está presentando, agrega.

En Guerrero al igual que en otras entidades federativas había una aparente calma en cuanto a los grupos organizados, porque quien estaba en las plazas era solamente un grupo. Y esto no quiere decir que no hubiera narcotráfico. Hay delincuentes porque hay consumidores. Sigo insistiendo que el tema no requiere de más policías, sino de más sociedad, que tiene que ver con valores, planeación y educación.

El tema tiene que ver con esta labor cotidiana, persistente en el que el combate, la prevención y rehabilitación tienen que estar de la mano. No va a ser llenando cárceles, ni que el gobierno federal y estatal sigamos destruyendo sembradíos de amapola y marihuana, en donde estamos en los primeros lugares de producción en el país, sino generando oportunidades.


Infraestructura

Torreblanca asegura que su gobierno está “generando la gran infraestructura que nunca se hizo, como las carreteras a la sierra”.

Una de las grandes acciones de mi gobierno es la carretera que va a partir a el Filo Mayor, que va a comunicar a la Tierra Caliente con la Costa Grande. Normalmente se asocia la pobreza de Guerrero, donde están los indígenas, para quienes hay programas especiales del gobierno de la República en cuanto a hospitales, infraestructura, pero ¿Y la sierra? Ahí hay pobres también, aunque no sean indígenas. Tenemos 400 mil y tantos indígenas. Un poco más del diez por ciento de una población de tres millones 200 mil habitantes, sin considerar el millón que está en los Estados Unidos de América.

Creo que debería darse un viraje en la política social del estado, quitar las dádivas por la política corresponsable. Cuando llego al gobierno, el 80 por ciento del presupuesto de desarrollo rural se ejercía en un programa de entrega de fertilizante, que fue más electorero que para resolver el problema del campo, porque es negocio de líderes y para la siembra del narcotráfico.

-¿El viraje de la política social en qué consiste?

-Hacer corresponsable al ciudadano. En dar oportunidades a quienes hoy están sembrando en la sierra marihuana y amapola. Primero, que lleguen los maestros y médicos, que circulen las mercancías y que alentemos que en lugar de producir goma y amapola puedan tener otros productos alternos como aguacate, cuya siembra más o menos tiene el mismo precio que lo que están recibiendo por la goma.

Otro programa, Guerrero Sin Hambre, que no es darle cosas a la gente, es decirle: ‘tú tienes que utilizar tu capacidad y talento para poder tener capacidad autogestiva’. Es tener extensionistas en el campo, dedicárnos a la siembra de traspatio, gallinas ponedoras, puercos, para que generen una microeconomía en el lugar, y se derrame la propia riqueza en el lugar.

Este año vamos a atender a 25 mil familias, no a las que quiere el gobernador, sino a las que los indicadores le marcan. No hay que discutir si eres amarillo, rojo, blanco o azul, porque los resultados se van a medir no en cuántas despensas da el gobernador, sino cuántos niños dejan de morirse, cuántos desnutridos menos hay, cuántos productores puede haber más.

Vamos a anunciar un programa de abasto popular con Diconsa para llegar a más lugares, porque los que compran más caro son los más pobres de Guerrero, los que están más alejados. Hemos desalentado que la gente se ponga a sembrar, y es más fácil que recibas los programas federales.

El reto es ver que no se convierta en una simulación y estar auditando de manera operacional a los extensionistas que están en el campo, son los responsables, son jóvenes egresados de las escuelas de agronomía y de agricultura, que están enseñándole a la gente cómo mantener al puerco, como alimentarlo, cómo generar esta economía que no se vaya perdiendo y se malgaste.

-Tiene que ver con esa enorme corrupción que empieza a nivel federal en la canalización de recursos, pasa a la estatal y deriva en el municipal.

-El gran reto es cómo logramos quitar ese intermediarismo político, no se puede quitar de la noche a la mañana. Con que llegue el PRD al gobierno no pueden acabarse los viejos liderazgos que se mimetizan, se van adecuando conforme a quien gobierne. Algunos entienden, otros no, y otros se convierten en líderes con la nueva realidad que imponga la política social del nuevo gobierno, o sea se acomodan, y la verdad es que seguimos tratando con muchos líderes. El reto es cómo tener nuevos liderazgos.

Rubén Figueroa Figueroa, hace más de treinta años, le dio mucha importancia, como Porfirio Díaz, a la industrialización de Guerrero y el tema era el coco, que en aquel entonces, ante una economía cerrada, éramos los reyes. Era el petróleo verde. Bastaba sembrar y la gente sólo esperaba que cayera el coco para vender el aceite y todo lo demás. Todo esto cayó. Pero lo que hizo Figueroa fueron las plantas industrializadoras, que hoy, por cierto, las estamos haciendo rentables.

Recuperamos la planta de Tecpan de Galeana, generamos una posibilidad del producto y del subproducto. Estamos encaminando a la gente a que le dé valor agregado al coco, que ya estamos exportando, estamos buscando que el coco rayado, deshidratado, lo compren las grandes galleteras.

El problema después viene cómo administrar al cooperativismo, que en teoría es muy bueno, pero en la práctica es completamente difícil. De ahí la política paternalista. Pero aquí lo que hay que lograr es que sea viable esta figura asociativa y así estaríamos acabando con ese intermediarismo político.


Guerrilla

-¿Cómo está la situación con los grupos armados?

-Las condiciones en Guerrero están para generar un coctel explosivo, se reúnen todos los elementos: hay pobreza, marginación, atraso, abuso, hay drogas. Y además, como decía José Francisco Ruiz Massieu, no hay que hablar mal del camello si no, no lo vendemos, pero la verdad es que es la realidad de Guerrero.

-Que además es histórica.

-Nada nuevo. Pero a mí me parece que en las condiciones políticas y sociales en el país y en Guerrero, no debe existir la subversión armada. Las razones y los motivos por las que se dieron en su momento, tenían validez. Simulación de elecciones, imposición, antidemocracia. Hoy todo eso no existe. La mejor prueba es quien está aquí sentado. No quiere decir que es el mejor gobernador del mundo pero es el resultado de la democracia.

-Que encabeza un gobierno de izquierda.

-Y ganamos con la voluntad de la sociedad. Y uno de los reclamos y de las banderas fundamentales ¿Cuál es? La democracia. Y a través de la democracia conquistar la justicia social, la equidad y conquistar la igualdad, que es por lo que se pelea. Entonces no debería de haber guerrilla. No es a través de las armas como se resuelven los temas en un estado.

-Pero, ¿ no hay actividad?

-Yo no quisiera decir que no hay, porque sigue habiendo personajes que coinciden con esa visión y con ese método inclusive. Y sigue habiendo de alguna manera alguna alimentación de esta idea. Pero decir que desapareció en Guerrero… no lo puedo decir. Yo criticaría que hay organizaciones fachadas, que se han dedicado a la delincuencia y tienen como bandera fundamental defender a los más pobres. Y en ese argumento de defensa es cuando también se da la delincuencia del orden común. Y sobre ese pretexto hoy están asociadas a actividades de delincuencia ciertas organizaciones. Yo creo que los grupos que dieron origen a una lucha ideológica como fue la guerrilla, yo diría, con razones válidas históricas, hoy no deberían existir en mi estado. Sin embargo, no puedo decir que está acabado el problema.

Yo aprovecharía pára mandar un mensaje y decirles que ojalá vinieran a cambiar las armas por el debate de ideas, y que fuera por el convencimiento de una democracia por la que luchamos muchos de los que combatíamos al autoritarismo, a la orientación vertical, excluyente, pues hoy hay que demostrar en el terreno de los hechos que la democracia es la mejor forma de convivencia social por la que tanto peleamos.


Conflicto magisterial

En relación al magisterio, dice Torreblanca Galindo, es una política sostenida que tiene que ver con el enorme déficit de la Secretaría de Educación. “Mientras no resolvamos el problema de la quiebra no podemos hablar de ninguna política reordenadora, de largo plazo, ni de revertir indicadores en la materia”, dice.

Recibo la Secretaría de Educación con un déficit anual de 1mil 400 millones de pesos, que acumulados llevamos un déficit de cuatro mil 500 millones de pesos. ¿Cómo se financia ese déficit? A partir de impuestos y de las cuotas de los trabajadores. Se ha convertido en una montaña de nieve que inclusive convierte en delincuente al gobernador del estado, porque utiliza impuestos a cargo de terceros para financiar el gasto presupuestal. ¿Qué hemos intentado hacer? Detener el crecimiento del déficit. ¿Cómo? No entregando más plazas de la capacidad presupuestal. No atender a reclamos de presiones, y sostener esta política de transparencia, de equidad y de entrega de plazas en función de calificaciones y capacidad.

Tenemos acumuladas cerca de diez mil plazas sin techo financiero, más 90 días de aguinaldo, que la federación sólo envió cuarenta y cinco, cada año tenemos que buscar 700 millones de pesos, más otros 700 que implica el déficit en plazas, estamos hablando de un tema estrictamente financiero.

Y mientras no resolvamos este asunto no podemos hablar de otro tema en educación. Seguir con una política seria, sin importar que tomen las calles, que rompan vidrios, que secuestren camiones, que bloqueen calles. Lo más cómodo sería que el gobernador reeditara las prácticas del pasado, y entonces sería ceder plazas, endosarle el problema a las siguientes generaciones, y actuar de manera irresponsable. Este gobierno va a correr los costos políticos que esto implica, y sostenerse en esta política de mejorar la educación en función del presupuesto.

Tenemos pendiente convertir en delitos graves la venta de plazas y los cambios de adscripciones. Mi gobierno ha ejecutado órdenes de aprehensión, pero lamentablemente por no ser un delito grave quien vende plazas sale. El gran tema son las incidencias, no las plazas nuevas, pues son manejadas por el sindicato. Y a través de la ACE debería buscarse que esas incidencias se hagan a través de un concurso.

Muchos maestros que se agregaron a esta gran movilización, es porque están afectando a sus intereses. Es decir, ya no voy a poder manejar la plaza cuando me jubile, ni dividirla entre mis tres hijos, o venderla al igual que las placas y las concesiones de taxi.

Va a llevar un buen tiempo encontrar una fórmula que permita resolver este asunto que se ha venido viciando generación tras generación, y que ha convertido a la Secretaría de Educación en una bomba de tiempo.

-¿Qué volumen de plazas hay en el estado?

-Entre maestros federales y estatales, auxiliares y personal de apoyo tenemos cerca de 80 mil trabajadores. El gobierno del estado tiene cien mil trabajadores, la mayoría la conforma la población de Educación y Salud.

-¿Y la relación con la Presidencia de la República, con la Secretaría de Educación, dan alguna alternativa de solución?

-Es un tema grave y yo diría que hasta de seguridad nacional porque es una problemática que se presenta en muchas entidades federativas de manera grave.

-Guerrero es una de ellas.

-Aunque hemos entrado en el camino de la recomposición, hay otras entidades en que tanto egresados haya como plazas se entregan para no tener problemas políticos.

-Para llevar el estado en paz.

-En paz relativa, porque va a tener que reventar algún día. ¿Qué soluciones hay? Compromisos de los gobernadores. No se vale nada más decir a la federación dame, si no ¿Qué pones tú? Es como yo les dije en este conflicto magisterial a los maestros, ¿Quieren que el gobernador sea interlocutor o me lavo las manos? El gobierno estatal no tiene nada que ver en la política educativa, la rectoría la tiene el gobierno de la República.

-No le importa que le llamen autoritario, que no respeta al magisterio?

-No, al contrario, estoy respetando al magisterio. Que me acusen de insensible y de administrador, y de no entender la visión de la izquierda como algunos la conciben que para mí es un comunismo, una izquierda trasnochada. Cuando entramos, al magisterio se le pagaba con cheque. Imagine la pérdida de horas-hombre en un estado con una enorme dispersión, los negocios y las corruptelas que se daban con el pago de los cheques, y que aún no hemos podido reconvertir. El traslado de valores nos cuesta al año 60 millones de pesos. Un maestro para poder cobrar su cheque tiene que suspender clases cada quincena. Lo que estamos haciendo es intensificar el uso de la tarjeta de débito con la institución bancaria que ellos quieran.

-¿Qué dice Josefina Vázquez Mota?

-Me echa porras.

-Está con usted.

-Creo que sí, porque soy de los gobernadores que corremos ese riesgo y nos atrevemos.


Las divisiones del PRD

-En la parte política, sabemos lo que está viviendo el PRD. La división que se avecina, pero podría haber un rompimiento mayor. ¿Qué significa para el estado este conflicto del partido?

-Es lamentable, porque durante tantos años luchamos por tener el ejercicio del poder para demostrar por qué nuestro ideario y nuestros principios deberíamos llevarlos a la práctica. O sea, pasar de las discusiones interminables, de la movilización, a estas ideas y pensamientos y traducirlos en acciones en beneficio de la sociedad. Y hoy, hay que decirlo como un ejercicio de autocrítica, la gente también dice, antes vendíamos también esperanza, pero ya te probamos en el gobierno y nos hemos dado cuenta que también tienes corruptelas, cometes pifias, y no has resuelto el asunto. Por eso yo creo que la sociedad en su conjunto tiene una mala apreciación de los políticos y de las políticas en su conjunto. El partido me parece que llegó muy rápido, yo creí que esta lucha político-social iba a hacer de más largo plazo. Nunca imaginé que en el 2000 podría darse un cambio de régimen en el país. Yo fui tres veces candidato a la presidencia municipal de Acapulco. Y confieso que pensé que iba a hacer a más largo plazo, pero la sociedad nos dio esa confianza. Me parece que mal haríamos si no podemos utilizar a la política para encontrar acuerdos, coincidencias, y dejar las posturas sectarias, dogmáticas, y de corrientes, porque hoy con mucha tristeza, lo autocritico, el pleito es por los puestos y no por el ideario por el que uno ha luchado.

La convocatoria debería ser en el sentido de que debería hacer un gran ejercicio de cohesión, de congruencia, y de tratar de ser muy sensatos si es que realmente queremos tener una izquierda que le sirva al país.

Acabamos de tener una reunión la semana pasada el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrad, y los demás gobernadores, a excepción del de Chiapas, en un ejercicio de proyección verdadero, de un partido moderno que va a enfrentar el proceso federal del 2009 en condiciones no de las mejores, y que no queremos ser una izquierda testimonial, sino una izquierda que le aporte al ejercicio de cambio de este país y lo demuestre en los hechos.

El presidente nacional del PRD, Jesús Ortega hizo una presentación muy crítica de las fortalezas y debilidades del partido, y hacia dónde vamos. Y a mi me parece que tenemos que estarlo replicando en cada una de las entidades federativas. El problema del partido es que falta disciplina. Algunos confunden la democracia con anarquía y el hacer lo que yo quiera. Y mientras no haya disciplina en un partido, mientras no haya orden, jamás podremos concitar al resto de la población. El partido no puede quedarse solamente con los pedazos de la parcela, sino que tendría que buscar cómo ganamos la voluntad de la sociedad, la que nos llevó a gobernar. No el voto duro, si no el voto social, el voto movilizado que es al que hay que seguir impulsando. Yo me quedo con aquello del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas que dijo que el PRD es un partido al servicio de la sociedad, no al servicio de las tribus, ni de las corrientes. Un partido que retome su esencia, su ideario, y no el canibalismo que se practica lamentablemente al interior.

-En esta crisis del PRD hay una política importante que es López Obrador, ¿cómo lo observa en este momento?

-No sé si vaya a ser indiscreto o no con lo que voy a decir, pero tengo entendido que Andrés Manuel, en una reunión |reciente, manifestó que él va a apoyar al PRD. Yo espero que así sea. Me dijeron que él va a hacer campaña sólo por el PRD. Andrés Manuel es una figura que ha ayudado a aglutinar en un movimiento a gran parte de la izquierda del país. Yo en lo personal no tengo más que respeto por él. Lo conocí hace años, cuando era dirigente empresarial, a él y a Vicente Fox, cuando los dos habían perdido las gubernaturas. Andrés Manuel tiene el enorme compromiso histórico de saber conducir esta confianza que se le entregó.

Creo que como la figura clara que es tiene doble responsabilidad, doble compromiso. En lo personal, prefiero manifestarlo, aunque a veces lo consideran a uno hereje, cuando se atreve uno a decir que en la última parte del actuar de Andrés Manuel, tengo mis discrepancias. Y se lo voy a seguir diciendo. Porque me parece que en nada contribuye hacer solamente señalamientos de lo positivo, sino también de la crítica. Pero hay que procurar hacerlo hacia el interior del partido. Una autocrítica que le sirva al partido. Yo creo que él tiene una gran tarea, una gran responsabilidad de que el partido se una, se fortalezca, o que se divida.

-En esta crisis del PRD uno de los mejor beneficiados sin duda será el PRI. ¿Cómo observa al PRI?

-Véalo en Guerrero. No ganó el PRI en Acapulco, perdió el PRD. Basta que seamos muy explícitos con las cifras. Yo gané la presidencia municipal en 1999 con cerca de cien mil votos. Y el PRI tuvo cerca de noventa mil votos. Y hoy, casi diez años después, con un padrón distinto, mayor claro, el PRI gana con cerca de 70 mil votos. Entonces, el tamaño de la debacle, es de nosotros. La gente, inclusive, perdóneme lo que voy a decir, dijo: ‘pues que se vayan los tarugos y que regresen los corruptos’. Los nuevos electores no tienen memoria. Nuestro nivel de democracia permite que se prostituya y la gente se sigue yendo a donde le dan algo económico, y no a donde están las ideas, las razones que les cambiarán su realidad.

Los errores que hemos cometido hacen que el PRI se haya ido por el carril de enmedio. Porque los dos carriles extremos se hicieron a un lado y le abrimos el paso. Las divisiones internas, el sentirnos seguros, es el camino del terreno que le estamos abriendo al PRI. Que ellos tienen experiencia, capacidad, son los mismos que yo veo. Finalmente la población dice pues estos no funcionaron vamos a darle al otro la oportunidad.

-¿Hasta dónde cree usted que se equivoca la izquierda en México?, ¿Cómo percibe desde el punto de vista de la filosofía política, usted como estudioso de la izquierda y participante de la misma durante algunos años?

-Necesitamos tiempo para poder implementar las políticas de la izquierda. Otra, requerimos cada día una escuela de cuadros, para pasar del liderazgo y de la discusión a las propuestas concretas. Yo creo que este fenómeno es mundial. Tal parece que otra vez la izquierda va hacia unas partes y como que el péndulo, según la famosa teoría del péndulo del maestro Cosío Villegas, se sigue repitiendo. Yo creo que tiene que ver con la percepción de la propia población que espera que los gobiernos hagan cambios fundamentales, espectaculares. Nuestro nivel de educación espera que la izquierda resuelva de la noche a la mañana. Mucha gente está decepcionada con Zeferino Torreblanca como lo estuvo en el primer año de mi gobierno en Acapulco. Porque dice: ‘¿Dónde están los cambios?’ La gente no tiene la idea de la complejidad para hacer esto. Requerimos que la izquierda tenga esa cohesión que tanta falta le hace, hacia el interior como partido. Que el partido llegue a su mayoría de edad, para ser paralelo con el propio ejercicio del gobierno. Llegamos a gobernar muchas veces por coyuntura, por las propias situaciones, por liderazgos, por simpatías, y no por una política continúa y permanente de cómo opera la izquierda en el ejercicio del gobierno. Creo que se están dando buenos ejemplos. Pero lo que nos hace falta otra vez es que los que van a entrar a los nuevos cargos de responsabilidad tengan preparación, y no sean solamente buenos en el discurso, en las campañas, sino buenos gobernantes. No es fácil y va a llevar un buen tiempo el poder aterrizar que la izquierda le sirve a la sociedad. Y que la gente lo comprenda, porque la gente no entiende mucho de las teorías que tenemos los que razonablemente conocemos. La gente lo que quiere son resultados.

-Esta relación con el gobierno federal no se ve, ante la población, un tanto perversa? Algunos gobernadores que salen de la izquierda tienen que ceder para poder avanzar en lugar de aglutinarse en torno a la figura de AMLO, y avanzar desde la misma oposición para construir algo más consecuente con el pensamiento de izquierda.

-Yo creo, perdón, voy a decir un dicho popular, no es lo mismo atrás que anancas, ni ser cantinero que borracho. No es lo mismo estar promoviendo una tesis y una teoría a estar sentado arriba del caballo en la responsabilidad. Aquí no se trata de defeccionar o de torcer los principios. Es simplemente práctica. Yo dije en campaña que las calles no se hacen ni con la izquierda ni con la derecha, se hacen con dinero. Las calles y todas la infraestructura no son de un color, se hacen con dinero. Imagínese un estado quebrado en la educación y que el 95 por ciento de su presupuesto viene de la federación, que tuviéramos una relación ríspida, de enfrentamiento, más ideológica, estaríamos condenando al cadalso a un pueblo como Guerrero.

Yo no creo ni en la subordinación, ni en el cambio de ideología solamente por el bolsillo. Tengo convicciones y por eso me meto en broncas como gobernador. A mí el presidente de la República jamás me ha condicionado ninguna acción de política pública federal a cambio de favorecer a su partido. Porque además el PAN ni existe en Guerrero. Y lo que hemos tenido es un gobernante generoso desde mi punto de vista, que nunca ha condicionado. Simplemente le hemos dado razones, él ha recibido respeto mío. Y creo que ese respeto y esa dignidad se han traducido en acciones a favor de quienes gobernamos. Entonces, creo que lo mejor es reivindicar la política. La política no sirve cuando estamos de acuerdo. La política sirve cuando hay diferencias. Y yo no creo que el gobernador debería ser un líder de oposición que fuera flor de un día y que después no le pudiera dar resultados a la población. A mí me parece que la política, lo digo muy vulgarmente, disculpe, no es saber quién tiene más tamaños sino en ver quién tiene más inteligencia. Y la inteligencia hay que ponerla al servicio de la sociedad. Y lo inteligente es convencer a quien le toca hoy ser presidente, no porque lo diga Zeferino Torreblanca en Guerrero. Aquí, a propósito del proceso federal de hace tres años, fue carro completo para el PRD, que difícilmente se repetirá, se ganaron las nueve diputaciones federales y las dos senadurías.

La población no entiende de nuestras disputas. Y sería un suicidio irresponsable. Creo que había un sociólogo que catalogaba los tipos de suicidios. Yo catalogaría a este suicidio como egoísta, que no beneficiaría ni siquiera a la población. Por qué va a servir que yo viva peleado con el presidente de la República, o que tenga vicios privados y virtudes públicas, o un amasiato perverso y vergonzoso por abajo, cuando la política tiene que ser muy transparente. Yo no decidí que él fuera presidente de la República, yo voté por López Obrador. Yo hice un ejercicio de gobierno para López Obrador. Pero las circunstancias le fueron favorables a Felipe Calderón. Y ese ejercicio de nuestra democracia hay que respetarlo. Y sin subordinación, sin sometimientos, sin cochupos, sin negociaciones vergonzantes, simplemente una relación de la política al servicio de la sociedad.

-Le faltan dos años, qué sigue?

-Busco ser el mejor gobernador que haya tenido Guerrero. Y para eso tengo que quedarme aquí, trabajar y revertir la opinión negativa que se tiene del propio gobernador. No tengo ninguna aspiración. No aspiro a ser presidente de la República, hay que tener los pies en la tierra. No es que no me gustaría, pero hay que conocer las limitaciones y capacidades de cada uno. Y yo no estoy en la disputa, ni en la lucha de ser ni candidato, ni traigo campaña. Nací empresario o abarrotero por accidente, pero soy político por vocación.

-¿Cuál será su relación con los gobiernos municipales priistas, que son mayoría en el estado?

-Como la hemos tenido, una relación extraordinaria con todos. Soy un gobernador para todos los alcaldes, y no es pose, en el terreno de los hechos lo hemos demostrado. Creo que ningún presidente municipal de la administración pasada se puede haber quejado de que hice distingos.