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El alcalde que mandó golpear a la periodista

En su nota informativa, la reportera Fabiola Martínez escribió: “En México, los principales agresores de periodistas y defensores de derechos humanos son los propios servidores públicos (incluidos aquí policías, integrantes de los tres niveles de gobierno y de las Fuerzas Armadas, entre otros)”. Ampliando más esa información (La Jornada, 13 de marzo de 2016), se precisa cómo esos funcionarios han atacado sobre todo a reporteros, como fue el caso de Karla Janeth Silva Guerrero, quien en 2013 fue brutalmente golpeada dentro de las instalaciones del periódico El Heraldo de Silao, Guanajuato, por órdenes del entonces alcalde Enrique Benjamín Solís Arzola. Éste ordenó a su jefe policiaco que contratara a delincuentes y fueran a cometer las agresiones que pusieron en gravedad extrema la vida de la reportera. Dos años después es que se ha procedido contra el funcionario, acusado de amenazas cumplidas como lesiones y robo calificado, más allanamiento de domicilio.

El derecho de réplica por encima de principios constitucionales

En vigor ya la Ley Reglamentaria del primer párrafo del adicionado –por el peñismo– Artículo 6 (no sexto, como dice el decreto publicado en el Diario Oficial, el 4 de noviembre de 2015), contiene, como casi todos los cambios constitucionales de Peña y sus aprobaciones por los Congresos, incluido el de la Unión, muy drásticas violaciones a los principios fundamentales de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en lo dispuesto en su Artículo 136.

Entre los 80 mil homicidios, otra reportera asesinada

Desde que inició el combate a muerte contra las delincuencias organizadas, sobresaliendo la del narcotráfico, a partir del calderonismo y lo que va del peñisimo, en el contexto de las violaciones a los derechos humanos del inmenso resto de los mexicanos, hemos transitado de más de 100 mil homicidios del sexenio inmediatamente pasado a otros 80 mil del presente, en lo que ya es un baño de sangre que tiene a la nación sumida en el pánico y la desesperación, ante la incapacidad del gobierno peñista y de los desgobernadores que sólo abusan en sus ínsulas que les escrituraron los partidos.

La desaparición forzada en México como estrategia de terror

El investigador y periodista-reportero Federico Mastrogiovanni es el autor del libro: Ni vivos ni muertos, “resultado de años de trabajo y de investigación. Es un esfuerzo colectivo, que se ha dado gracias a la colaboración, la ayuda y el apoyo de personas y organizaciones, sin las cuales habría sido imposible entender o tan sólo acercarse a un fenómeno tan vasto y complicado como la desaparición forzada de personas”.

La denuncia de la organización Artículo 19

El artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la Organización de las Naciones Unidas –cuyo brillante estudio se debe a Hans Kelsen en su libro El derecho de las Naciones Unidas–, a la letra dice: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión…” (Javier Hervada y José María Zumaquero, Textos internacionales de derechos humanos). Con base en ese artículo de vigencia universal constituido hace varios años, el director de la organización Artículo 19, en su jurisdicción para los Estados Unidos Mexicanos y Centroamérica, Darío Ramírez, mantiene un monitoreo sobre el desempeño de esas libertades, no solamente a través de sus informes anuales, sino también de constantes pronunciamientos para velar por el trabajo de periodistas.

Hablar sin riesgo

Entre 1983 y 2013, en México han sido asesinados 112 periodistas: 13 mujeres y 99 hombres; solamente para 2012 existe el reporte de siete desaparecidos. La lista de agravios, despidos y hostigamiento por causa de la libertad de expresión supera los 1 mil casos.

Reporteros y periódicos entre amenazas, agresiones y homicidios

Una de las caras de la fiesta peñista-priísta muestra su galopante reformismo. La otra cara es la de la inseguridad: una violencia sangrienta que no para… La suma de las promesas para “transformar a México”, guiadas por la razón de Estado para hacer valer el rescate del añejo presidencialismo a horcajadas sobre lo constitucional y metaconstitucional, lleva la resta de los 2 mil 351 homicidios, cientos de feminicidios, la pobreza de más de 54 millones de mexicanos y el desempleo, con 24 millones de personas en las mil y una actividades de la informalidad, en los 100 días que lleva Enrique Peña como presidente.

Informar y criticar en el contexto de la violencia

El ejercicio del periodismo, cuando informa verazmente y asume su papel fundamental de investigar y cuestionar los abusos de los poderes políticos y económicos mediante la crítica, se ha mantenido en el contexto de la violencia que llega hasta los homicidios.

Calderón y el narcotráfico

Dice el refrán que tanto peca el que mata a la vaca, como el que le agarra la pata, y viene como anillo al dedo del calderonismo y del narcotráfico, en cuanto a los cientos de miles de homicidios por la guerra de soldados, marinos y policías contra los cárteles de las drogas y la delincuencia organizada.

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