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Fracasan políticas públicas contra la pobreza

Fracasan políticas públicas contra la pobreza

Cobertura universal en educación y salud, además del crecimiento en la construcción de viviendas son los “logros” que destaca el gobierno federal en materia de combate a la pobreza. Informes oficiales y expertos en la materia aseguran que esta política ha sido un rotundo fracaso, ya que más del 80 por ciento de la población padece por lo menos alguna carencia social

Son más de 82 millones de mexicanos los que tienen al menos una carencia social, es decir, que se encuentran en niveles de pobreza que no les permiten tener una vida plena respecto de sus derechos sociales, señalan expertos en la materia. Su fuente: el Informe de pobreza multidimensional en México, elaborado en 2010 por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Advierten que la política social desarrollada por el gobierno de Felipe Calderón ha fracaso completamente.

No obstante, para el gobierno federal el combate a la pobreza ha tenido “logros” en materia de salud –con la cobertura universal a la que se pretende llegar el próximo año a través del Seguro Popular–, la cobertura universal en educación primaria y la construcción de hasta 3.3 millones de viviendas, asegura en entrevista con Contralínea Marco Antonio Paz Pellat, subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación, de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

Los datos del Coneval son contundentes. Durante 2008, el 77.2 por ciento de la población presentaba al menos una carencia social, mientras que 30.7 por ciento tenía tres o más carencias sociales; se trata de 82.4 y 32.8 millones de personas, respectivamente.

“La percepción que queda entre todos los actores y la propia población es que es insuficiente”, dice el encargado de planear, diseñar y evaluar las acciones de la Sedesol, correspondientes a los programas en materia de disminución de la pobreza.

“La pobreza en México es un tema estructural. Mientras no logremos tasas de crecimiento que nos permitan crear los empleos que se requieren, es muy difícil tener un combate a fondo”, reconoce el maestro en consultoría estratégica de organizaciones por la Universidad Complutense de Madrid, España.

Alerta que en las próximas mediciones se podría observar un incremento en los niveles de pobreza alimentaria, al pasar del 18.2 a 19 o 19.5, como consecuencia de la crisis económica de 2008 en el mundo, “que para el impacto tan feroz, y cómo ha afectado a otros países, nos sale bastante bien. Donde creo que se va a incrementar un poco más es en la pobreza patrimonial, porque afectó más a los habitantes de las áreas urbanas por las pérdidas de sus casas”.

Los logros, según el PAN

A finales de marzo pasado, el presidente Felipe Calderón presentó el informe Principales resultados del censo de población y vivienda 2010, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), del cual aseguró que “se han mejorado las condiciones de vida, sobre todo de las familias más pobres: se ha incrementado su acceso a servicios de salud, educación y vivienda”.

Bajo el mismo tenor, el subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación de la Sedesol dice que el Inegi está haciendo un esfuerzo importante para presentar la información en plataformas, como la de georreferenciación, que servirá para saber dónde están las carencias y así tener mayor control.

“Hemos podido sortear cambios de gobierno por la institucionalidad. El reto está en bajar la institucionalidad a estados y municipios donde creemos que todavía hay oportunidad”, dice Paz Pellat.

Salud, maquillada

Los “logros” que destaca el servidor público son en materia de salud, educación y vivienda. En el primero de ellos, dice, “prácticamente hemos duplicado en los últimos años el acceso a los servicios de salud.

“Estamos a punto de llegar este año o el próximo a la cobertura universal. Lo que quiere decir que ningún mexicano puede estar fuera de los servicios, a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y del Seguro Popular. Todavía hay retos importantes, pues además de la cobertura, se debe lograr la calidad. Esta última es financiada por los gobiernos estatales”.

Según el Coneval, 40.7 por ciento de la población no tenía acceso a los servicios de salud. En tanto, los resultados del Inegi indican que entre 2000 y 2010 el porcentaje de población que declaró ser derechohabiente a servicios de salud aumentó de 40.1 por ciento a 64.6 por ciento, es decir unos 72.5 millones de mexicanos.

Los datos del informe Principales resultados del censo de población y vivienda 2010 marcan que el IMSS cuenta con el 48.8 por ciento de población afiliada, seguido del Seguro Popular y para una Nueva Generación, que en conjunto cubren al 36.2 por ciento, y el 8.7 por ciento corresponde al ISSSTE.

Gustavo Leal Fernández, investigador del área de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Xochimilco, critica los logros gubernamentales que, dice, “sólo han sido electoreros y un rotundo fracaso”.

Para el investigador de la UAM, las únicas instituciones que garantizan una atención integral a la salud son el IMSS y el ISSSTE, no obstante éstas pasan por presiones financieras que no permiten ampliar la cobertura. El Seguro Popular, dice, “es un instrumento electorero, diseñado por el foxismo, que tiene como única meta la afiliación”.

Vivienda, en crecimiento

El otro avance destacado por el subsecretario de la Sedesol, Marco Antonio Paz Pellat, es el crecimiento en la construcción de vivienda. “En estos últimos 10 años, una de cada cuatro viviendas que se han construido fue financiada por este gobierno”.

Durante la administración de Felipe Calderón, añade, “estamos hablando de 3.3 millones de viviendas construidas”. No obstante, dice, “tenemos un reto muy importante en vivienda rural”.

De acuerdo con el informe del Censo de población y vivienda 2010, el parque habitacional en el país es de 35 millones 617 mil 724 viviendas. De éstas, “el porcentaje de viviendas con piso de tierra decrece 13.3 puntos”, al pasar de 19.5 por ciento en 1990 a 6.2 por ciento en 2010.

“En 2010, poco más de la mitad de las viviendas del país (55.9 por ciento) tiene pisos de cemento o firme. El 37.3 por ciento tiene pisos de madera, mosaico u otro recubrimiento. Entre 1990 y 2010, estas últimas registran un incremento de 10.6 puntos porcentuales”, indica el Inegi.

Los datos que proporciona el Coneval indican que, en 2008, el 17.5 por ciento de la población tenía carencia por calidad y espacios de la vivienda, y 18.9 por ciento no contaba con los servicios básicos.

El Coneval –organismo público descentralizado de la administración pública federal, encargado de generar información sobre la situación de la política social y la medición de la pobreza en México– señala que en la población indígena se presentan las brechas más extremas en los indicadores de vivienda. “Prácticamente la mitad de las personas hablantes de lengua indígena era carente por calidad y espacios y por acceso a servicios básicos en la vivienda”, muestra el Informe de pobreza multidimensional en México.

Educación primaria

“Hablar de la educación en México es de los temas más controversiales porque todos hablan de que nos sentimos insatisfechos por la educación que tenemos”, dice Marco Antonio Paz.

Sin embargo, el subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación de la Sedesol asegura que “hay avances que no se pueden negar. Uno de ellos es que hemos logrado la cobertura universal en materia de educación primaria; vamos a lograr la cobertura universal en materia de secundaria y estamos avanzando fuerte en materia de preparatoria.

“En estos últimos 10 años, pasamos de 7.3 a 8.4 el promedio de escolaridad a nivel nacional. Todos podrían decir que es un grado nada más, pero es un grado que nos ha costado un esfuerzo muy importante y que les permite a todos tener acceso. Por su puesto, ahí también el tema de la calidad es un tema pendiente”, enfatiza.

Julio Boltvinik Kalinka, miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 1993, experto en pobreza, critica la versión oficial del crecimiento en educación. “Hay muchos niños que no asisten a la escuela, no terminan la primaria, y los problemas más graves son en las zonas indígenas y en las comunidades rurales muy dispersas”.

En estas zonas, dice el académico de El Colegio de México, llega la “educación” a través del Consejo Nacional de Fomento Educativo, que imparte una “educación de cuarta, porque los que la imparten no son profesores, sino promotores educativos. En México, la norma educativa incluye dos cosas más: la secundaria y el preescolar”.

De este último, expone Boltvinik Kalinka con datos del Censo 2010, “el 84 por ciento de los niños de tres años de edad que debería estar en primer grado de preescolar no asiste. El porcentaje baja a 44 por ciento a la edad de cuatro años que tampoco acuden, y la no asistencia en los niños de cinco años es del 12 por ciento”.

El artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los 2, 3 y 4 de la Ley General de Educación establecen que “toda la población debe cursar la educación básica obligatoria, es decir, los niveles de educación preescolar, primaria y secundaria”.

Según el Coneval, en 2008, “el 21.7 por ciento de la población total del país presentaba rezago educativo, lo que equivale aproximadamente a 23 millones de personas. Las entidades federativas con mayor incidencia fueron Chiapas, Michoacán y Oaxaca, todas con más de 30 por ciento de su población en rezago educativo”. Mientras que el Inegi asegura que el 94.7 por ciento de la población de seis a 14 años asiste a la escuela.

Bancarizar la pobreza

Uno de los objetivos que tiene la Sedesol, a cargo de Heriberto Félix Guerra, para disminuir la pobreza es “bancarizar” a los más pobres del país que están afiliados al Programa Oportunidades, para que a través de este mecanismo puedan tener un ahorro o disminuir el cobro de comisiones en el envío de remesas, explica Marco Antonio Paz Pellat.

“Hemos caminado en el tema Oportunidades: en cómo hacerlo un programa menos dependiente de la estructura que lo maneja, porque son seres humanos los que lo operan y ahí entra la coerción política. Los estamos bancarizando”, explica.

Según el funcionario, para la Secretaría de Hacienda uno de los temas más importantes es la inclusión financiera. Ésta “les permite a las personas disfrutar de todos los derechos universales que tiene un ser humano, entre ellos a ser considerado como un posible sujeto a un crédito.

“Estamos bancarizando [el Programa Oportunidades] porque a la gente le queremos dar poder, la queremos empoderar. Vamos a entregar una tarjeta relacionada con una cuenta bancaria, con un chip y su huella dactilar. Las tiendas Diconsa serán las corresponsales”, expone.

Explica que será a través de estas sucursales operadas por la Sedesol que la gente irá a recoger su dinero (correspondiente al programa); ya no habrá intermediario y, además, dice, “la gente puede ahorrar”.

“Con la bancarización, no sólo le estamos dando transparencia, sino que estamos haciendo que toda esa gente vaya generando un historial crediticio. La gente en pobreza ahorra el doble que la gente que no lo está. Digo 15, 20, 30 pesos, pero ahorra”, asegura el funcionario.

“Lo que quiere el secretario Heriberto Félix es empoderar a la gente, ciudadanizar la política, porque mientras siga dependiendo del gobierno, siempre va a existir la tentación del uso electoral y político, que es el asunto de no tener reglas en los estados.”

Con la bancarización, añade, “queremos hacer un conducto para que lleguen las remesas. Te da mucho coraje ver cómo les cobran estos baquetones a la bola de migrantes que dejan a sus familias y se están jugando el pellejo en Estados Unidos. Les llegan a cobrar hasta el 50 por ciento por el envío de remesas”.

Julio Boltvinik Kalinka critica los discursos oficiales que pretenden demostrar un bienestar entre la población. “Él tiene que decir que todo va bien, para eso le pagan”.

“Hay que quitarse de la cabeza que la pobreza se combate con programas”. La pobreza se combate con desarrollo económico y social, lo que implica instrumentar políticas que permitan un crecimiento vigoroso a través de la creación de empleos bien pagados, dice el experto.

Fuente: Contralínea 233 / 15 de mayo de 2011