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Fracaso tras fracaso; ineptitud tras ineptitud; corrupción; impunidad… al final, ¿por qué será recordado el sexenio de Enrique Peña Nieto? Con la escrupulosidad que da el oficio, el reportero Martín Moreno redactó un libro que, a la mitad del sexenio, da cuenta de los hechos que han marcado a la presente administración: enriquecimiento inexplicable, la casa blanca, Iguala, Tlatlaya, la fuga del Chapo (y su recaptura), la devaluación, las tramposas y fracasadas reformas estructurales… No encontró mejor título que El derrumbe. Retrato de un México fallido.

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Charlamos en el café de una librería. Me platica que siempre estuvo seguro de que el sexenio haría agua pronto. Por ello, desde que Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia, presentó la propuesta a sus editores.

 “No tenemos bola de cristal, pero sí conocía bien la forma de gobernar del priísmo, sobre todo del priísmo mexiquense: el más nocivo, menos transparente, más corrupto.”

Lo que no previó fue que el derrumbe llegara tan rápido. Creyó que al final de sexenio se estarían viviendo los estragos de la corrupción, las políticas fallidas y la insensibilidad gubernamental. El material acumulado de los errores, fracasos (y consecuencias) ya daba para un corte de caja a mitad del sexenio.

El fracaso económico fue evidente desde el primer año de gobierno. Para 2013, el crecimiento fue de 1.1 por ciento. Martín Moreno considera que el desplome económico ocurrió gracias al manejo político de los presupuestos. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresó a la Presidencia de la República a manejar los dineros públicos como siempre lo ha hecho: bajo criterios políticos y no con base en la eficiencia financiera. El asunto es que el país y el mundo han cambiado y tal manejo presupuestario resultó desastroso para la economía: cuántos proyectos y negocios se paralizaron porque nomás la institución de Luis Videgaray no soltaba el dinero, aunque lo tuviera. Si para muchos Videgaray representa a un técnico excelente que tuvo que salir del gobierno por una mala operación política (la visita del candidato Trump), Martín Moreno no tiene duda: la gestión del que se le llamó el vicepresidente, al frente de la Secretaría de Hacienda, fue un desastre desde el principio.

El libro es acucioso en documentar que la riqueza de la que goza Enrique Peña Nieto no corresponde con los ingresos que formalmente ha recibido desde que obtuvo su primer empleo. Ni ahorrando todo lo que se le ha pagado, por los distintos cargos que ha pasado, podría reunir las cantidades de dinero que hoy de manera pública reconoce haber acumulado.

También se documentan sus amistades trabadas en sus épocas estudiantiles y juveniles, que hoy viene arrastrando a cargos públicos. ¿Qué le debe Peña Nieto al propio Videgaray y a otros personajes como Alfredo Castillo?

Especial atención merece el caso Iguala. Martín Moreno demuestra que los estudiantes no desaparecieron en las condiciones en que la Procuraduría General de la República quiso imponer en la opinión pública. Más allá de los desplantes de Murillo Karam, de la tardía reacción y del desastroso manejo informativo, queda claro que los 43 estudiantes no pudieron haber sido incinerados en el basurero de Cocula, toda vez que luego de que comenzara la agresión nunca fueron reunidos todos en un mismo lugar.

Como todo trabajo periodístico, El derrumbe vale más por los datos duros y la información comprobada, que por las opiniones del propio autor y de los personajes entrevistados. ¿Además de OHL e Higa, qué otras empresas son las consentidas? En la investigación se desglosan los “proyectos” que quedaron entre amigos.

En el libro también viene un interesante apartado sobre la prensa dócil. Más bien se trata de periodistas que reciben dinero directamente de partidas de secretarías de Estado. Claro, lo que difunden estos periodistas son siempre justificaciones de tal o cual decisión del presidente y su gabinete. Vienen parte de los montos que han recibido locutores como López Dóriga, José Cárdenas, Beteta, Ruiz Healy, Jorge Fernández, Gómez Leyva y Adela Micha.

 “Faltan 18 meses para que acabe este pésimo gobierno y  no se repondrá”, dice Martín en la charla. Es un enigma cómo terminará el sexenio “cuando hoy sólo dos de cada 10 mexicanos respaldan a su presidente”.

Martín no lo menciona, pero es justo señalar que parte del desastre que hoy padece México también es responsabilidad de las dos administraciones panistas que precedieron a la actual. Al fin y al cabo, partidos políticos con diferentes personajes que han llegado al poder para hacer negocios y apuntalar la misma política económica.

El derrumbe, un libro valiente que explica parte del desastre de hoy y señala por qué, todo parece, se pondrá peor.

Fragmentos

Más que días de descanso, días de reunión, de abrazos, de reencuentros. Que, a pesar de las negras nubes que ya se arremolinan sobre nuestras cabezas, haya espacio para celebrar la vida y la construcción de un mundo fraternal, solidario y justo. Que la convivencia sirva para conspirar por una sociedad de iguales que respetan sus diferencias. Feliz navidad y que venga para todos un 2017 de salud, amor y lucha.

Zósimo Camacho

[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: ZONA CERO]

Contralínea 519 / del 19 al 25 de Diciembre 2016

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