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El perfil criminológico de Guzmán Loera

El perfil criminológico de Guzmán Loera

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Actualización

Este 8 de enero de 2016, el presidente Enrique Peña Nieto anunció a través de su cuenta de Twitter la recaptura de Joaquín Guzmán Loera, alias el Chapo. Sin dar detalles de la detención, el mandatario escribió: “Misión cumplida: lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido”.

El líder del Cártel de Sinaloa se fugó –por segunda ocasión– el 11 de julio de 2015 del penal federal de máxima seguridad del Altiplano, municipio de Almoloya de Juárez, a donde había sido trasladado desde el 22 de febrero de 2014.

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En la época del subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos (ya fallecido), la PGR elaboró un extenso perfil criminológico en el que analiza sicológicamente al narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, alias el Chapo. Entre sus debilidades, enuncia el “temor a la pérdida de lo que considera sus logros: en primera instancia, su libertad”

El expediente criminal que obra en la Procuraduría General de la República (PGR) respecto del líder de la principal organización criminal de México, Joaquín Guzmán Loera, incluye un detallado perfil sicológico-criminal.

En ese, se da cuenta de la personalidad y el pensamiento del narcotraficante que, por segunda ocasión, se fugó de una cárcel de máxima seguridad. El Chapo nació en Culiacán, Sinaloa; estudió hasta el sexto grado de primaria, es casado y está acusado de ser autor intelectual y material de los delitos de homicidio, cohecho, asociación delictuosa, evasión de preso y delitos contra la salud como posesión de cocaína y de sicotrópicos (diazepan).

Elaborado por peritos de la PGR, el perfil indica que Guzmán Loera es considerado un “individuo de alta peligrosidad, que define claramente sus metas y la forma de alcanzarlas, utilizando sus habilidades de planeación, organización, negociación y proyección al futuro; siendo él mismo responsable directo de la planeación y seguimiento de sus acciones para concretar exitosamente sus objetivos”.

Según el análisis, “su tenacidad es producto del sentimiento de inferioridad que le produce el factor endógeno concerniente a su baja estatura de 1.55 metros, que refleja mediante una expresión de superioridad intelectual y de ambición desmedida por el poder”.

El expediente destaca “su alta capacidad de reacción con raciocinio; tiene necesidad de liderazgo, controla de manera adecuada su entorno, es obsesivo pero mesurado durante sus actos vindicativos, que son orientados al fortalecimiento de la estructura. Se considera una persona estable emocionalmente”.

Agrega que, en su realidad interna, no existe la culpa; se reconoce a sí mismo como un líder con buenos sentimientos; su rol en la organización criminal se perfila como autor intelectual, pero sin necesidad de la operación directa, esto con el objeto de mantenerse a salvo de detenciones y atentados.

Para la PGR, el éxito de las acciones del Chapo radica en sus habilidades para manipular su entorno y anticiparse a las reacciones de sus antagonistas. Lo caracteriza su egocentrismo, lo que lo lleva a pretender mantenerse en el centro de atención e importancia al interior de su grupo, para conservar el mando y al exterior para denotar superioridad.

El delincuente más buscado y por el que se pagará una recompensa de hasta 60 millones de pesos, según declaró la procuradora Arely Gómez, “encuentra fortaleza en la generación natural de sentimientos de dependencia y lealtad hacia su persona, para crear un entorno de complicidad en el que él resulta ser el más beneficiado, a grado tal que el compromiso de sus dominados podría llevarlos a sacrificar su propia integridad física por resguardar la de él o la de su familia”.

Respecto de su potencial violento, el perfil indica que la traición es un factor detonante de la agresividad que imprime a sus acciones. No le interesa ocultar su autoría, pero es reservado para aceptar su responsabilidad directa o indirecta.

Sin embargo, agrega que su carácter es afable y que esto le reditúa un convencimiento natural de las personas con las que interactúa, especialmente de aquellos con los que mantiene vínculos orientados a su protección. Cumple sus compromisos, pero también sus acciones de venganza, utilizando cualquier método violento si se siente amenazado.

La PGR considera que el Chapo es seductor, en apariencia espléndido y protector, genera círculos de confianza, garantiza el éxito de la estructura mediante la identificación y permanencia del grupo. Sin embargo, indica, no es indulgente con sus detractores y no vacila en romper alianzas; este factor pasa desapercibido entre su círculo principal por las muestras de solidaridad que tiene con ellos; infundiendo al mismo tiempo al resto del grupo temor reverencial.

Entre sus fortalezas se le atribuye tolerancia a la frustración, por lo que la venganza no es un hecho que ejecute con la inmediatez de una persona impulsiva: su respuesta es calculada, pero insistente; su visión es dañar a su adversario utilizando sus debilidades para producir el mayor daño posible.

Otro atributo que le encontraron los peritos de la PGR es su supuesta capacidad de análisis y de recuperación es elevada, por lo que sus debilidades las transforma en fortalezas que le permiten superar inmediatamente los problemas que enfrenta.

Entre sus debilidades, el perfil enuncia el temor a la pérdida de lo que considera sus logros: en primera instancia, su libertad, lo que le produciría un estado depresivo; en segundo lugar, la pérdida de algún miembro de su núcleo primario podría desencadenar una venganza planeada pero devastadora y ejemplar para los responsables. “Su necesidad de convivencia social puede llevarlo a la pérdida de su bien más preciado, que es la libertad”.

Objetivos de Guzmán Loera

De acuerdo con informes de la Procuraduría General de la República, la finalidad del Chapo era debilitar la alianza entre la organización Arellano Félix-Osiel Cárdenas Guillén, a fin de expandir su dominio territorial ejecutando a sus operadores y de defensa legal; esto en respuesta a la ejecución de su hermano Arturo Guzmán Loera, alias el Pollo, en el penal de máxima seguridad de La Palma, mediante la concreción de mecanismos que le permitan denigrar o destruir a quienes visualiza como culpables de ese hecho.

El propósito de Guzmán Loera es adquirir un status de omnipotencia que le permita consolidar alianzas internacionales; en el mediano plazo delegará las funciones de supervisión para disfrutar de los recursos financieros que ha obtenido, ya que sus actividades delictivas iniciaron a la corta edad de 20 años y con un bajo nivel jerárquico, procediendo de un bajo estrato social.

Redacción

[SEGURIDAD]

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