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Polo euroasiático configura nuevo centro económico

Polo euroasiático configura nuevo centro económico

Se consolida la Unión Económica Euroasiática, encabezada por Rusia. A pesar de los esfuerzos estadunidenses y europeos por aislar a los rusos, el gobierno de Putin sigue tejiendo una sólida red económico-política. Los países postsoviéticos que habían vuelto la mirada a Europa ahora desean de nuevo hacer tratos con Rusia. Decepcionados de Occidente, negocian acuerdos económicos más equitativos con Moscú

Odalys Buscarón Ochoa/Prensa Latina

Moscú, Rusia. La futura Unión Económica Euroasiática (UEE) en pocos meses se convertirá en el mercado de bienes y servicios más grande de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y en polo económico de peso.

Después de la Unión Europea, la UEE es el segundo bloque regional, con tres de las economías más fuertes: Rusia, Bielorrusia y Kazajistán, más un cuarto socio reciente: Armenia.

El espacio euroasiático, considerado el peldaño superior del proceso de integración en la CEI desde la década de 1990, entrará en pleno vigor el 1 de enero del 2015.

Durante la recién celebrada cumbre de jefes de Estado de la CEI ?10 países? en Minsk, la llamada troika dio un espaldarazo inequívoco a la formación de un centro de influencia económica global.

Los presidentes Vladimir Putin, Alexander Lukashenko y Nursultán Nazarbáyev suscribieron el ingreso de Armenia a la Unión Aduanera y al Espacio Único Económico, como mecanismos necesarios de integración escalonada, a un mercado común de bienes, servicios y de fuerza de trabajo.

Para algunos analistas, la adhesión de Ereván (capital de Armenia) al formato natural de la CEI significa una victoria geopolítica de Rusia.

Durante 4, años la nación trascaucásica negoció un acuerdo de asociación comercial con la Unión Europea, en la misma ola en la que se movieron Moldavia y Ucrania, dentro del formato de la llamada Asociación Oriental.

Sin margen para pronósticos, el presidente armenio Serzh Sargsián se ausentó de la cumbre de Vilna, en noviembre de 2013, tras anunciar el rumbo de su país hacia lazos más estrechos con sus vecinos de la CEI.

En Minsk, Sargsián dijo ante sus socios que la opción de participación de su país en la UEE “se sustenta en el formato predecible y ventajoso que ofrece ese esquema regional para las relaciones entre nuestros Estados, basadas en los principios de libre circulación de mercancías, servicios, capital y fuerza de trabajo”.

Opinó el gobernante que el nacimiento de la UEE marca un hito en la integración regional comunitaria y expresó estar consciente de la responsabilidad que asumen como primer Estado incorporado a ese proyecto.

Es un acontecimiento significativo, por el hecho de que por primera vez la UEE se amplía, manifestó el mandatario kazajo, Nursultán Nazarbáyev, al saludar la incorporación de Ereván.

Agregó que todas las controversias alrededor del ingreso de Armenia fueron zanjadas, sobre todo en lo concerniente a sus límites fronterizos, al parecer asociado con el contencioso por Nagorny-Karabaj, con Azerbaiyán.

Nota discordante: opción “europea” de Moldavia, Georgia y Ucrania

Por antonomasia a las leyes de la naturaleza, el espacio postsoviético ha sido un laboratorio abierto de interacción de las fuerzas centrífugas y centrípetas en el proceso de integración.

Así, a la par de los mecanismos creados en la última década a instancias de la CEI, algunas exrepúblicas soviéticas como Georgia ?salida en 2009?, Moldavia y Ucrania enrumbaron la brújula hacia Europa.

Las tres naciones suscribieron un acuerdo comercial con el bloque de los 28 durante la cumbre comunitaria celebrada a fines de junio. En esa ocasión, Kiev sólo rubricó la parte económica del tratado, pues la política se había firmado en marzo de este año.

En la cumbre de Minsk, el presidente moldavo, Nicolae Timofti, reprochó a Rusia el paquete de medidas proteccionistas llevadas a cabo que, según él, restringen el acceso al mercado ruso de las mercaderías de su país.

A juicio de Putin, los problemas no fueron originados por las acciones proteccionistas de Moscú, sino por la falta de visión de los riesgos para las economías de todos los socios, derivados de una zona de libre comercio con otras agrupaciones fuera del esquema común.

Nunca fuimos contrarios a un acercamiento con la Unión Europea. De hecho nosotros mismos queremos aproximarnos. El asunto pasa por las condiciones de nuestra cooperación, expuso el gobernante ruso, al responder a su homólogo moldavo.

Putin mostró en cifras cómo se contrajo el intercambio comercial dentro de la CEI en el primer semestre de 2014 (el 9 por ciento, hasta los 111 mil millones de dólares), tendencia que asoció a causas externas y a la reorientación de algunos miembros hacia otros mercados.

Las cifras se explican no sólo por la desfavorable coyuntura externa, sino como efecto de un cambio en las prioridades económicas de algunos socios de la CEI, apuntó.

Comparativamente, el saldo comercial en el primer semestre de 2013 fue de 123 mil millones de dólares, y al cierre del año totalizó unos 235 mil millones de dólares.

Antes de las restricciones aplicadas por Rusia en respuesta a las sanciones de Europa, el mercado ruso era receptivo del 80 por ciento de frutas y hortalizas provenientes de Moldavia.

Esto pudo no haber ocurrido si se hubiesen considerado los intereses rusos, afirmó el mandatario.

De momento, Moscú logró un aplazamiento de la ejecución del acuerdo de asociación de Ucrania con el bloque de la Unión Europea hasta el 31 de diciembre de 2015.

En cuanto a la membresía de Ucrania, pese a los escandalosos pronunciamientos de ruptura por algunos políticos, Kiev no ha hecho oficial su retirada del esquema, surgido tras la desintegración de la otrora Unión Soviética.

Unión Económica Euroasiática: un nuevo centro económico

El proceso de integración económica en el espacio postsoviético recorrió varias etapas desde fines de la década de 1990, pero fue casi en el umbral del siglo XXI cuando los mecanismos intrarregionales cobraron vigor, tras el impulso a la Unión Aduanera y el Espacio Único Económico.

Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán firmaron el protocolo correspondiente el 26 de febrero de 1999.

En 2000 comenzó a funcionar la Comunidad Económica Euroasiática, considerada la premisa fundacional de la Unión Económica Euroasiática. En 2010 arrancó la Unión Aduanera entre Minsk, Moscú y Astaná, seguido de la creación en 2012 de un espacio único arancelario.

Y sobre ese fundamento arrancará la UEE el 1 de enero de 2015 como la locomotora de un gran polo económico en esta parte del planeta, que con una población superior a los 170 millones de habitantes y un territorio de 20 millones de kilómetros cuadrados, sin contar a Armenia.

Abarcará asimismo un producto interno global de casi 2 billones 700 mil millones de dólares.

De esos proyectos integracionistas ganan en primer lugar las pequeñas economías y se enriquecen los mercados con una variedad de productos y calidad, sostuvo Tatiana Valovaya, ministra de la integración y la macroeconomía de la Comisión Económica Euroasiática.

Citó a modo de ejemplo que, como resultado del levantamiento de los aranceles de exportación, el costo del gas ruso para Armenia bajó en 30 por ciento.

De manera progresiva, en el espacio de la UEE surgirá una bolsa común de hidrocarburos y derivados del petróleo, un mercado común de servicios, de electricidad, transporte, medicamentos y libre circulación de fuerza de trabajo.

Puede que antes de fin de año, la Unión se amplíe a un quinteto con la entrada de Kirguistán, que negocia una hoja de ruta desde 2013, durante la cumbre que acogerá Moscú, en diciembre venidero.

El interés de otros socios extrarregionales como India, Vietnam y Egipto en una zona de libre comercio, y las fuerzas centrípetas favorables a la integración, perfilan sin duda a la Unión Euroasiática como un polo económico fuerte en esta parte del mundo.

Odalys Buscarón Ochoa/Prensa Latina

 

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Contralínea 409 / del 27 de Octubre al 01 de Noviembre 2014