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Debacle panista: recuerdos de Josefina

Debacle panista: recuerdos de Josefina

Josefina Vázquez Mota pasará a la historia como la candidata presidencial del Partido Acción Nacional (PAN) que condujo a su partido a una de sus principales derrotas históricas; en recompensa, pasado un mes de los comicios, fue nombrada coordinadora de Acción Política del Comité Ejecutivo Nacional del blanquiazul.
 
Su campaña fue una cadena de errores garrafales que transcurrió en el contexto de una animadversión popular contra el PAN, a causa de los abusos cometidos por Fox y Calderón (expresidentes ambos, representantes de la “alternancia democrática”), y por la propia naturaleza antipopular de ese partido, que ha sido el brazo político de la jerarquía católica y del empresariado más conservador.
 
Después de las elecciones, Vázquez Mota no dejó de decir disparates, al grado de asegurar que Calderón fue el mejor presidente que ha tenido México y que el PAN “no supo transmitir sus grandes logros” (www. vanguardia.com.mx/jugocalderonunpapel-diferenteaseguravazquemota-1325183.html).
 
Más aún, días después de las elecciones, amenazaba con encabezar un movimiento formado por las personas que votaron por ella, mismas a las que –con la arrogancia que suele caracterizar a muchos políticos– consideraba como sus incondicionales simpatizantes.
 
Carente de buenas ideas y de carisma, ella sola no habría obtenido, con toda seguridad, ni el tercer lugar que cosechó en la votación, y que se explica por factores como la influencia y el poder de los que gozaba su partido simplemente porque controlaba el gobierno federal.
 
Cabe preguntarse cuántos votos habría obtenido Josefina si el PAN no hubiera estado en esa posición, que hacía inequitativa la contienda en beneficio de la panista, pues (además de que el gobierno encabezado por Calderón estuvo persiguiendo a personajes del priísmo en plena época de campañas) el propio Calderón tuvo varias intervenciones a favor de ella, y es sabido que, desde que llegó al poder, la derecha usó con fines electorales recursos de programas federales.
 
El 23 de noviembre de 2012, apenas a una semana de la toma de posesión de Peña Nieto, Roberto Gil Zuarth, senador del PAN y excoordinador de la campaña de Vázquez Mota, anunció que los grupos parlamentarios de Acción Nacional asistirían a la toma de protesta, el 1 de diciembre, del priísta Enrique Peña Nieto (www.elimparcial.com/EdicionEnLinea/ Notas/Nacional/23112012/642734.aspx).
 

La candidata de la ruptura

 
Precisamente ese uso electoral del poder es uno de los aspectos que se abordan en el libro La debacle del PAN. Josefina Vázquez Mota, la candidata de la ruptura (Temas de Hoy, México, 2012), que se publicó en la época de las campañas.
 
Su autor, Juan Veledíaz –quien ha sido colaborador de medios como El Norte, Reforma, Milenio y www.animalpolitico.com– resume así el papel que jugó Vázquez Mota en esa contienda: “Josefina era algo así como la síntesis de un partido sin ideología, hueco, sin base social, con aversión al Estado laico y manipulador de programas sociales con fines electorales” (página 151).
 
Señala que en enero de 2012, la Secretaría de Desarrollo Social (dependencia que encabezó Vázquez Mota en la época de Fox) financió un proyecto de reparto de beneficios en zonas marginadas del país, para “cooptar el mayor número de pobladores cuyo voto fuera susceptible de ser influido mediante tales beneficios de alguno de los programas sociales” (página 58).
 
En cuanto a su perfil como candidata, hay que recordar que sin la experiencia ni la formación recomendables, Josefina llegó al gabinete de Fox para ocupar cargos tan importantes como la Secretaría de Desarrollo Social y la de Educación Pública; en el primero de los casos, su única virtud fue que su sucesora, la ultraderechista Ana Teresa Aranda, fue mucho peor que ella, pues esta última no contaba siquiera con una licenciatura y su formación se reducía a haber sido militante de la conservadora Asociación Nacional Cívica Femenina.
 
Como acertadamente observa Veledíaz, Josefina pasó de ser conferencista sobre temas de autoayuda, a funcionaria de primer nivel y luego a candidata presidencial. Al parecer pensó que le sería fácil prevalecer en la  contienda sexenal mediante la misma retórica y estilo que usaba en sus pláticas de superación personal.
 
Leemos: “A Josefina Vázquez Mota le costó trabajo llegar a la contundencia de las frases cortas. Venía de una tradición de conferencista de autoayuda, en sí es lo esencial” (páginas 45 y 46), de tal suerte que la candidata podía pronunciar largos discursos de los que “era imposible extraer una idea de sus palabras […] Lugares comunes envueltos en buenas intenciones. La candidata del PAN puede hablar durante horas sin que se tropiece con un argumento” (página 47).
 
Así, “Vázquez Mota irrumpió en el escenario político electoral de 2012 como una de las alumnas más aventajadas de Miguel Ángel Cornejo…”, ese personaje tan famoso en el adoctrinamiento de ejecutivos en corporativos y empresas.
 
A lo largo de las 151 páginas de su libro, Juan Veledíaz revisa también otros aspectos de lo que fue la campaña de Vázquez Mota, entre éstos  su infructuosa estrategia de convertir el hecho de ser mujer en un argumento para ganar la Presidencia, y su consigna de “Josefina diferente”, que contradecía su apego a la figura y designios de Felipe Calderón.
 

Josefina y la ultraderecha

 
Veledíaz rememora la ceremonia de inauguración del ciclo escolar 2007-2008, en una escuela primaria de la Ciudad de México, precedida por Vázquez Mota en ausencia de Calderón.
 
En el estrado apareció nada menos que Guillermo Bustamante Manilla, presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) y actualmente militante de otros grupos católicos conservadores, como Unión de Voluntades.
 
Significativamente, era la primera vez que la ultraderechista UNPF participaba en una ceremonia de arranque de ciclo escolar (página 69).
 
Por cierto, luego de que el 4 de abril de 2009  [el ya fallecido] Alonso Lujambio reemplazara a Vázquez Mota al frente de la Secretaría de Educación Pública, Bustamante Manilla envió calurosas felicitaciones a los dos funcionarios panistas.
 
Otro militante de la extrema derecha que se ha relacionado con Vázquez Mota es Guillermo Velasco Arzac, a quien Veledíaz menciona como “amigo cercano de Josefina” (página 104).
 
La trayectoria de Velasco Arzac en ese sector tiene décadas. A principios de la década de 1960 colaboró en el violento grupo anticomunista denominado Movimiento Universitario de Renovadora Orientación; en la década de 1990 participó en proyectos del sector empresarial como el grupo México Unido contra la Delincuencia, creado en 1997, y se le identifica también como prominente integrante del Yunque.
 
Otro vínculo ultraderechista que Vázquez Mota nunca quiso aclarar fue con el empresario católico Lorenzo Servitje: “con un silencio tácito y en ocasiones evasiva, Vázquez Mota nunca aclaró si uno de los principales apoyos económicos que tuvo en los inicios de sus aspiraciones por la candidatura presidencial fue Lorenzo Servitje, dueño de Bimbo…” (página 119).
 
En fin, el libro de Juan Veledíaz, que estuvo en los escaparates de las librerías en las semanas previas a las elecciones, debe leerse hoy como un interesante y aleccionador testimonio de lo que fue la debacle del PAN en 2012.
 
*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México
 
 
Fuente: Contralínea 317 / enero 2013