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PRD, sin proyecto económico de izquierda en el DF: Mirón Lince

PRD, sin proyecto económico de izquierda en el DF: Mirón Lince

El secretario del Trabajo y aspirante a la jefatura de gobierno del Distrito Federal, Benito Mirón Lince, reconoce que su organización política, el PRD, carece de un proyecto económico de izquierda. En 10 años, el desempleo se duplicó en la capital del país. Acepta que la omisión podría costarle al partido la continuidad en el gobierno de la ciudad de México. El político promete “transformar” la realidad económica

Pese a cuatro administraciones de “izquierda” en el Distrito Federal, desde la de Cuauhtémoc Cárdenas (1997-1999) hasta la de Marcelo Ebrard (2006-2012), la ciudad de México no ha contado con una política económica que se distinga de las administraciones priístas o panistas, reconoce Benito Mirón Lince.

El secretario del Trabajo y Fomento al Empleo del gobierno del Distrito Federal acepta que, en materia económica, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y la derecha no han mostrado diferencias.

En la ciudad campea el desempleo, el subempleo, el trabajo no asalariado, y el trabajo informal. Lejos de reducirse con gobiernos de “izquierda”, han ido en aumento, como en todo el país. El secretario del Trabajo del gobierno de Marcelo Ebrard se justifica: “el modelo económico se ha convertido en una fábrica de desempleados”.

Explica que la tasa de desocupación en la metrópoli es del 5.8 por ciento, lo que significa que se ha duplicado con referencia a la de hace 10 años que era de entre 2.6 y 3 por ciento. También indica que hay una alta tasa de subempleo, con 8 por ciento, y que ha aumento el número de trabajadores que perciben de dos a tres salarios mínimos, mientras que ha disminuido la cifra de los que perciben más de 5 salarios mínimos.

Dice Mirón Lince que más de 40 programas sociales en la ciudad que “palean contra la pobreza” que se deriva de esta política, pero “no la combaten de fondo”.

El secretario justifica lo anterior argumentando que “cuando el partido asumió la dirección de la ciudad, los programas sociales eran los adecuados”; sin embargo, hoy le resulta prioritario hacer un cambio en la economía para dar continuidad al proyecto.

“Tenemos una obligación y una responsabilidad histórica como gobierno democrático, como luchadores sociales, como miembros de un partido de izquierda progresista y como ciudadanos, de defender un proyecto, de velar por que el proyecto siga adelante, que no se nos vaya a caer”.

Para Mirón la gestión del actual jefe de Gobierno ha sido un “buen trabajo”. Destaca las acciones que, a su parecer, “han dado otro rostro a la ciudad”, como la inversión al Metrobús, el impulso al Programa de Derechos Humanos, los matrimonios entre personas del mismo sexo, la interrupción legal del embarazo, y la ley de protección y fomento al empleo.

No obstante, ante el descontento social y las críticas de que ha sido objeto el gobierno capitalino por la construcción de megaproyectos, privatizaciones y desincorporaciones, el también abogado reflexiona: “Hemos hecho muchas cosas muy buenas; pero también hay cosas que no hemos hecho bien, y hay cosas que no hemos hecho”.

La Supervía Poniente, la línea cuatro del Metrobús, el Foro Estadio en Azcapotzalco, el proyecto de privatización del agua son, a decir de Mirón, “puntos polémicos” para el PRD que tendrán consecuencias. “No podemos cerrar los ojos, darle la espalda a la realidad y decir que todo lo hemos hecho bien”.

Acepta: “la Supervía es un problema y un dolor de cabeza. Ha faltado operación política. Hay que convencer más, porque algo que puede ser bueno, si se impone, deja de serlo”. Asegura que la privatización de espacios y servicios públicos, para él, no es el camino.

Al cuestionarle acerca del incremento del malestar en la población de la ciudad, señala: “Los costos políticos del malestar en la población que habita una de las urbes más grandes del mundo son difíciles de dimensionar; se dilucidarán hasta el próximo 3 de julio”, fecha a la que espera llegar no sólo como candidato oficial de la “izquierda” por la ciudad, sino con el respaldo de un partido unido, tanto en las elecciones locales, para las que contendería, como para las federales.

“Confío en la madurez política, la visión y los propósitos de Marcelo Ebrard y de Andrés Manuel López Obrador para que se pongan de acuerdo. Si no lo hacen, arriesgan la Presidencia de la República y el Distrito Federal. Tengo la confianza en que sepan dirimir este asunto oportunamente. Y con eso garanticemos la continuidad en la ciudad.”

El funcionario expresa su respeto por los que aspiran a la candidatura interna: “Todos tienen una aspiración legítima. ¿Qué sería de un funcionario sin aspiraciones?”, cuestiona.

Mucha política y poca economía

Entre algunas de las “propuestas”, el exlegislador subraya como distintivas la generación de 100 mil empleos a través de un programa emergente de empleo comunitario; una política de desincorporación de predios de los gobiernos locales y del gobierno central para construir naves cooperativas, productivas, donde los gobiernos delegacionales y el central adquieran los bienes y servicios que se produzcan.

También, parte de su propuesta se basa en la reactivación de la economías rurales, pues, dice, prácticamente la mitad del Distrito Federal es rural: cinco delegaciones del Sur que solamente aportan el 0.42 por ciento al Producto Interno de la ciudad, 26 mil personas productivas en las zonas rurales registradas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. El resto se desplaza de sus comunidades para trabajar.

Para el político, su proyecto económico lo distingue de los demás contrincantes y de quienes han encabezado las administraciones perredistas. “Hay una diferencia que no le veo a ningún compañero o compañera y que no he visto en 14 años de gobiernos perredistas: la parte económica. La izquierda en México, incluidos los gobiernos perredistas, hemos hecho mucha política y poca economía”.

En desventaja

Sin titubeos, Mirón Lince manifiesta su lealtad al jefe de gobierno y al partido en el que milita, pero se muestra inconforme con la falta de árbitro por parte de los dirigentes del partido, de las “gentes que en él inciden” y del gobierno.

“Estamos cometiendo un error. El partido ya tiene que tomar el proceso de sucesión en sus manos. Debe poner reglas con base en la legalidad, los tiempos electorales. Todos quietos o todos adelante.”

Por el contrario, señala, se permite “que se den otras cosas”. A decir del funcionario, las prohibiciones de actos de campaña para los servidores públicos los colocan en desventaja frente a quienes no lo son. “También somos miembros del partido, no importa el cargo. Hay que establecer reglas”.

Pendientes

Con un presupuesto de 137 mil millones de pesos para 2011, el gobierno del Distrito Federal tiene numerosos pendientes en materia económica y laboral; la reactivación económica, la distribución de la riqueza, el superar la política de subsidios, el transporte, el tránsito, la generación de empleos directos, el mejorar y profesionalizar la impartición de justicia, e impulsar las áreas de inspección de trabajo, enumera Mirón.

“Nos falta la parte fundamental en la izquierda: la economía. La ciudad está llena de problemas. La riqueza y la pobreza se han concentrado en el país y en la ciudad. Hay que transformar la realidad económica”, concluye.

Fuente: Revista Contralínea 246 / 14 de agosto de 2011