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El cáncer puede tener final feliz

El cáncer puede tener final feliz

La mayoría de la población asocia el cáncer a un final trágico. La esperanza de vida en México para alguien con esta enfermedad se encuentra ubicada en un 75 por ciento, por lo cual nuestro país alcanza el promedio global que se tiene a la fecha. Incluso, el Estado de Nuevo León es uno de los punteros en este rubro, comparado con el resto de la República Mexicana

Guadalupe Carranza,  Monterrey, Nuevo León

Ala fecha no existe la cura para el 100 por ciento de los pacientes diagnosticados con cáncer; sin embargo, las estadísticas de los sobrevivientes se han incrementado en los últimos años. Concretamente, Nuevo León es uno de los que mejor se ha posicionado frente al resto de los Estados de la República.

Si bien no es una enfermedad típica, señaló  Consuelo Mancias, hematóloga pediatra y encargada del Banco de Células de Cordón del Hospital Universitario de Nuevo León, el final de estos padecimientos no siempre termina en tragedia como sale en las novelas.

Por su parte el doctor Óscar González, responsable del Servicio de Pediatría en Hematología del Hospital Universitario de Nuevo León, dijo que los porcentajes de sobrevida ya alcanzan el 90 por ciento en Alemania, aunque existen países como África en el que las estadísticas no son alentadoras.

En tanto, dentro de las opciones de cura que existen, organismos como la Asociación Mexicana de Asistencia a Niños con Enfermedades Catastróficas (Amanec), presentan un modelo multidisciplinario, el cual le ofrece una atención integral al paciente, abarcando no sólo el aspecto médico del menor sino tambi  én el emocional, brindándole servicio también a su familia. Aunque la perspectiva de esta organización ahora se enfoca a la sustentabilidad, continúan brindando atención a los menores de escasos recursos que llegan hasta ellos.

El cáncer no es una gripa, advierten los especialistas, pero es una enfermedad catastrófica contra la que se puede luchar y salir vencedores.

ES CURABLE

El hablar de cáncer es referirse a un padecimiento de importancia, pero los especialistas en esta área subrayan que este diagnóstico no significa que el final no será alentador. Consuelo Mancias, hematóloga pediatra y encargada del Banco de Células de Cordón del Hospital Universitario de Nuevo León, destacó que las esperanzas de vida van más allá de la actual expectativa de la gente.

“No es una enfermedad común como una gripa o una diarrea, que es muy típica en los niños, pero sí depende del médico. Es una enfermedad catastrófica, es cierto, pero no es como sale en las novelas de que no se cura o que prácticamente ninguno se cura, que eso es bien común que suceda en las novelas. Esta enfermedad se cura en gran porcentaje”, destacó.

Por su parte el responsable del Servicio de Pediatría en Hematología del Hospital Universitario de Nuevo León, óscar González, dijo que aunque a la fecha la cura no alcanza el 100 por ciento de los pacientes detectados, los niveles de sobrevida se han elevado a cifras importantes.

“Hasta el momento no hay ningún lugar del mundo que cure el 100 por ciento de pacientes, aunque los mejores números los tiene un grupo alemán que reportaba hasta 90 por ciento de sobrevida, hay países que reportan un 60 ó 65 por ciento, pero esos ya son condiciones propias de cada país.

“La cifra real o global es del 75 por ciento en países normales, por que si me dice cómo están las cosas en África, pues obviamente allá sí están muy mal. Yo diría que para hablar de leucemia en México se podría decir un 75 por ciento”, precisó.

Específicamente el Estado de Nuevo León cuenta con los mejores números comparado con el resto del país, acompañado por los Estados de Puebla, Guadalajara y Distrito Federal.

“Nos toca que vengan pacientes de otros Estados de la República, específicamente del sur del país, y las condiciones que ellos nos platican de Estados como Chihuahua, San Luis, Chiapas, Michoacán y Guerrero obviamente es diferente. Si no estamos igual, sí estamos muy acercados al primer mundo”, explicó la doctora Consuelo Mancias.

Sin embargo, admitió que la esperanza de vida depende mucho del grado de avance que tenga la persona al momento de ser canalizado con un especialista en la materia.

“Depende mucho del médico que lo refiera, porque obviamente empieza con síntomas de que se ve pálido el paciente o empieza a tener moretones, infecciones muy frecuentes y si el médico que lo está atendiendo de primer contacto, que es el pediatra, no sospecha algo o no le pide una biometría hemática pues no puede llegar con nosotros.

“Finalmente, si no llega ya diagnosticado, si con la sospecha de que algo está muy mal y por eso nos lo refieren a nosotros. Depende mucho del médico referidor”, señaló.

Hablando de cáncer, uno de cada tres niños a los que les es detectada esta enfermedad es leucemia. La hematóloga pediatra comentó que otros signos para detectar alguna anomalía son el cansancio o moretones, que salen prácticamente de la nada. Esta enfermedad tiene un período de cura aproximado de tres años y, aunque puede ser detectada a cualquier edad, desde recién nacidos hasta adultos mayores, el pico promedio se encuentra en niños de entre los tres y cinco años.

El Hospital Universitario de Nuevo León tiene décadas atendiendo a pacientes con cáncer; sin embargo, desde hace menos de 10 años se encuentran concentrados en el Centro Universitario contra el Cáncer, mismo que engloba los departamentos de Oncología y Hematología, siendo el primero especialista en la atención de tumores sólidos, mientras que el segundo ve los tumores no sólidos, entrando dentro de esta categoría la leucemia y los linfomas.

“La hematología tiene como característica diferente de la oncología, que hay enfermedades benignas que también pueden matar y hay enfermedades malignas; aparte, otras enfermedades benignas que también se tienen que tratar como enfermedades de la coagulación; además se tiene la característica, específicamente en este hospital, que vemos tanto adultos como niños”, comentó la especialista.

Cabe mencionar que este es el único centro médico que atiende a niños sin acceso a la seguridad social en nuestro Estado.

A pesar de la cultura que en la actualidad hay en torno al cáncer, Mancias aseguró que la clave es insistir en que estos pacientes se pueden curar.

“A medida de que ha pasado el tiempo la gente ha cambiado su percepción, porque antes les decías que tenían leucemia y casi era como si le dijeras que el niño se iba a morir. Se ha tenido más información y mucha gente sabe que es posible encontrar la cura, de hecho casi todos se curan y, una cosa que sucede muy frecuentemente, piensan que la anemia no tratada, da por consecuencia una leucemia y no tiene que ver una cosa con la otra.

“La mayor parte de los pacientes con leucemia tienen anemia, pero es por otra razón, y la inmensa mayoría de las personas que tienen anemia no van a tener leucemia”, subrayó.

AUMENTAN SU AYUDA

Luego de sufrir en la familia dos casos de cáncer, Joaquín Mass decidió emprender la Asociación Mexicana de Asistencia a Niños con Enfermedades Catastróficas. De esta forma, nació Amanec en febrero de 1998.

A más de 10 años de haber empezado con este programa, hoy su nuevo concepto consiste en la atención multidisciplinaria y es que este tipo de enfermedades requieren de la participación de varios especialistas para salir adelante, precisó Joaquín Mass, director general de Amanec.

“Se nos ocurrió crear este concepto que denominamos clínica 0-19, que su nombre indica precisamente, atención personalizada desde 0 hasta 19 años y no solamente servicios de atención para cáncer sino para otro tipo de atención catastrófica.

“Cuando nos dicen que es un cáncer pues hay que conseguir un patólogo, un hematólogo, un cirujano, un cirujano plástico, un neurocirujano y hay que hacer varios estudios. Hemos juntado un grupo de alrededor de 28 especialistas que prácticamente lo que hacemos no es pediatría general, lo que estamos buscando hacer es atención personalizada para casos de difícil tratamiento o que ponen en peligro la vida del paciente”, explicó.

El director general de esta asociación señaló que para este tipo de padecimientos las opiniones encontradas entre los propios médicos son frecuentes, por lo que al tener todo un equipo de trabajo el diagnóstico a entregar resulta más conciso.

Leucemias, linfomas, tumores, defectos en el tubo digestivo, malformaciones anorectales, defectos y malformaciones en general, enfermedades del riñón, anorexia y bulimia, entre otras, son las especialidades que se atienden dentro de este nuevo concepto presentado por Amanec.

Refirió que cuentan con consultorios, salas de atención multidisciplinaria, laboratorios, salas de cuidados de emergencia, salas de infusión de quimioterapia y hasta un quirófano ambulatorio en el que pueden realizar intervenciones para posteriormente hospitalizar al paciente en otro centro médico.

La atención también se extiende a la familia así como al paciente más allá del entorno meramente médico, es decir, atendiendo la calidad de vida del enfermo por medio de eventos de convivencia, apoyo psicológico y terapias de relajación; incluso, las mismas salas tienen ambientación lúdica para que el menor no sienta que se encuentra en un hospital, por lo que se encuentran equipadas con televisores y videojuegos.

Los primeros años de operación de este organismo fueron canalizar pacientes y poder solventar sus tratamientos gracias a los donativos; sin embargo a partir de 2004, ya con los programas de recaudación de fondos como Vivan Los Niños de Televisa Monterrey, pudieron emprender este modelo para ahora sí tomar los casos médicamente, siendo a la fecha la única institución que atiende de manera multidisciplinaria.

“Hasta el año pasado todo nuestro apoyo fue fundamentalmente sustentado en base a donativos de benefactores, pero evidentemente los costos son realmente altos, porque entre cirugías de extracción de tumor cerebral, quimioterapias y prótesis, los costos nos han rebasado.

“Lo que venimos haciendo ahora en un esquema de buscar esa sustentabilidad, ofrecer a la comunidad en general nuestros servicios, por un lado basados en la experiencia de muchos años y este modelo de atención multidisciplinaria”, señaló.

De esta forma, su enfoque ahora es que las aseguradoras los volteen a ver su programa para que les transfieran pacientes, al igual que el Seguro Popular, aunque esto sin dejar de recibir a los niños que son canalizados a través del DIF o medios de comunicación y que no tienen los recursos para pagar el tratamiento.

“A los que dicen ‘no tengo con qué pagarte’, se les hace un estudio socioeconómico. Los servicios  que nosotros damos normalmente no los cobramos, pero sí les pedimos a las familias que no les cobramos que hagan un esfuerzo por obtener algunos donativos que tengan relación con atender otros pacientes; de esa forma, con boteos, venta de artículos, pero nosotros lo usamos para que las personas sientan que están haciendo un esfuerzo por apoyar”, dijo.

En los 12 años que tiene esta institución de abrir sus puertas a la comunidad han dado el apoyo a más de 200 pacientes. Desde su arranque, la mayor parte de los niños que atienden llegan con problemáticas de cáncer; sin embargo, subrayó que no es la única enfermedad catastrófica a la que le dan vista.3

‘Todo ha sido difícil’

Aunque apenas tiene mes y medio de que le dieron el diagnóstico de leucemia al pequeño Brandon, su abuelo, Santiago Zárate, admite que hasta ahora el proceso para encontrar la cura de esta enfermedad ha sido difícil.

Todo comenzó con un dolor de estómago, recuerda el hombre de la tercera edad, y a partir de ese momento los síntomas se fueron incrementado así como las visitas al doctor.

“Cuando él empezó fue por un dolor de estómago y aparte de ese dolor le pegaba mucha fiebre, lo llevamos varias veces al centro de salud por lo del Seguro Popular, pero pues nada más se le calmaba.

“Ya cuando lo llevamos al Hospital Materno fue porque traía una hemorragia en la nariz y aventaba globos de sangre”, señaló don Sergio.

Tras recibir la confirmación de que su padecimiento era resultado de una leucemia, el menor de 10 años de edad fue canalizado al Hospital Universitario, en donde se atiende dentro del Centro Universitario Contra el Cáncer.

El abuelo materno ha sido el encargado de llevar al pequeño Brandon a sus consultas, ya que por el momento no cuenta con un trabajo y su hija recién acaba de entrar a laborar como obrera.

“Todo ha sido difícil -afirma mientras ríe nerviosamente-, ahorita haga de cuenta que ella (la mamá del niño), lo ha sacado adelante pero lo ha ayudado el DIF o Cáritas”, dijo.

Además de las medicinas que diariamente debe ingerir, la alimentación es otra de las cuestiones de la que deben de estar pendientes. Por el momento, las harinas han sido retiradas de su dieta.

Repartiendo sus días entre consultorios y visitas a centros de asistencia, don Sergio y Brandon comparten sus horas; a pesar de ello la sonrisa no se ha ido del rostro del menor, mientras que las ganas de sacar adelante a su nieto hacen brotar las energías del abuelo.