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La última oportunidad en el lomo de un caballo…

La última oportunidad en el lomo de un caballo…

Saery Lourdes sube a “El Bayo” lo más frecuente posible; sufre parálisis cerebral severa desde su nacimiento. Había sido espástica, no consolaba el sueño; padecía insomnio y se ponía rígida en todo su cuerpo.

Edgar Ramírez

Ciudad Victoria, Tamaulipas

A casi 6 años desde que se inició en el programa de equinoterapia, ahora los músculos de Saery Lourdes Villazaba Espinoza  son más flexibles, ya duerme y consuela el sueño aunque su recuperación es lenta. Cuando regresa del paseo se nota motivada, relajada.

“Y es que la equinoterapia es diferente a todos los demás lugares y terapias que ha tenido en sus diez años de vida, es diferente porque es emotiva tanto para ella como para uno, pues el contacto con el caballo y mirarlo ayuda”, asegura Sarvia de los Santos, abuela de Saery.

Minutos antes de subir a su nieta al caballo e iniciarla dice que: “El caballo es una animal muy noble. Los niños se divierten, conviven con el animal, con los demás niños que esperan su turno para recibir terapia y subirse arriba.

“En Asociación Maltos tenemos algunos 6 años y ha sido muy bueno, su primer cambio es que ha podido ya consolar su sueño, su sueño se estabilizó, no dormía bien porque no podía controlarlo, tenía insomnio.

“Esto derivado del problema que sufre: parálisis cerebral severa. Es espástica y eso la ponía muy tensa. Pero ahora se baja del caballo relajada, abre más sus manos y lista para trabajar el otro tipo de terapia, la física, así no maltrata tanto sus músculos”, agrega.

“Qué bueno que don Felipe y su esposa, la señora Adriana Gallardo Maltos, hayan creado la asociación”, más que nada porque no cobra, es un pago voluntario y si uno no puede pagar pues no importa. Aquí se te da la terapia”, dice.

“Para ellos el pago es que vean que estás atendiendo a la criatura. Que no lo dejes. Por ejemplo hay casos y días en que no venimos y se preocupan. Si no pueden aportar nada no hay problema”, añade.

Doña Sarvia explica que si hay o no dinero en las familias de los pacientes nadie lo nota a la hora de subirse a un caballo.

“Aquí siempre verás diferentes personas, hay gente que no puede y hay otros que sí pueden un poquito más; y es que realmente son terapias muy caras y no hay muchas aquí en Tamaulipas, con los que puedas estar trabajando en el caballo todo tipo de casos pues no se trabaja una sola cosa”.

En mi ignorancia -continua la abuela-, esta terapia es como la natación. Una terapia muy completa. “Pero la diferencia es que una terapia de 10 sesiones con delfines costaba como 10 mil hace 2 años y a parte tienes que trasladarte muy lejos para que seas constante.

“La ventaja de la equinoterapia y la asociación es que esta al alcance de muchas familias. Si no vienen es porque no quieren”.

Sí hay cambios

Dona Sarvia dice que el programa ha sido una gran experiencia y el apoyo es muy grande porque se aporta según las posibilidades económicas de las familias.

“Que raro, decía, pero la primera ves que subí al caballo se le notó un cambio en el semblante de ella, ya no es como antes y  pues digo que está muy bien y qué bueno que hay todavía personas como don Felipe y su esposa, quienes se han dado esa grande labor social al alcance de todas”.

La Asociación Maltos tiene como objetivo brindar atención a niños con capacidades diferentes y necesidades educativas especiales de escasos recursos. La profesora Adriana Gallardo Maltos asegura que en la asociación se trabaja precisamente en el área de equinoterapia,  un concepto que se entiende como la habilitación o rehabilitación física mental de conducta, empleando los beneficios del caballo como instrumento terapéutico.

“Es una experiencia vivencial para todos los niños de todo tipo de problema porque les da seguridad y confianza, la equinoterapia ayuda al niño, principalmente en los locomotor, aprendizaje, lenguaje conducta, déficit de atención con hiperactividad y además adquieren nuevos aprendizajes”, reconoce.

Son más de 40 niños que asisten a equinoterapia. Vienen de las escuelas de educación especial, jardines de niños integradores, escuelas primarias integradoras y cendis.

“Es una labor muy importante, porque el resultado mejor mucho su capacidad de atención y comprensión; tiene muchos cambios radicales. El apoyo de sus padres y maestras, instructores, especialistas y doctores, es muy importante, todo un equipo de trabajo para ayudar al niño en su totalidad”, argumenta.

En Ciudad Victoria, además de la Asociación Maltos, también se encuentra la Asociación Falcone.

Sin embargo, quien realmente ha tomado muy enserio esta labor con los niños especiales, es la asociación que preside

la profesora Adriana Gallardo y su

esposo Felipe de Jesús Elizondo como fisioterapeuta.

Tan  es así que en meses pasados, esta asociación colocó la primera piedra para iniciar la construcción de lo que será la techumbre en donde habrá de llevarse a cabo la terapia de los niños.

A la colocación de la primera piedra asistieron representantes del gobierno estatal, y miembros del clubes Rotarios.

Se dio a conocer en su momento que este gran sueño se realiza por las intensas gestiones de la profesora Gallardo, quien recurrió a Club Rotario Tamaholipa y Club Rotario Escandón para que estos gestionaran ante el Club Rotario Internacional una donación y más tarde plantearle el proyecto a la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno del Estado y con cuya aportación la ayuda se triplicó.

La adopción

Así como en Victoria se tiene comprobado el beneficio de la equinoterapia en niños con capacidades diferentes, el programa se ha ido extendiendo en Tamaulipas.

En municipios como Reynosa y Nuevo Laredo, también recientemente adoptaron este programa en apoyo a las familias que cuentan con un niño especial y principalmente los de bajos recursos.

En Nuevo Laredo, por ejemplo, a través de la equinoterapia en el Zoológico Regional, Juan Alcober recibe beneficios como relajación y equilibro en sus músculos.

Juan padece parálisis cerebral infantil debido a que le faltó oxigenación al momento de nacer y, aunque no es la primera vez que recibe equinoterapia, disfruta de los ejercicios  y le ayudan a mejorar su condición física.

Juan Alcober, padre de Juanito, sostiene que estas terapias con caballos le han ayudado bastante: “A él le gusta mucho venir aunque haga calor, yo lo traigo todos los martes y dura de 15 a 20 minutos arriba del caballo”.

Agrega que cuando llegan a la casa cae rendido y duerme profundamente, lo que significa que está relajado al cien por ciento.

Juan está orgulloso de su hijo porque además recibe terapias en el DIF y que próximamente entrará a la secundaria donde está inscrito. Es así como Juanito ha aprendido a comunicarse a través de un tablero especial.

“él no habla, pero entiende muy bien, a veces se desespera cuando nosotros no lo entendemos lo que nos quiere decir, pero su discapacidad no le impide salir adelante lo que nos enorgullece”, enfatiza.

Con está experiencia, Nuevo Laredo sigue el modelo de medicina alternativa no escrito en libros, pero que en la práctica, ya son muchas agrupaciones que han tenido buenos resultados derivado de los programas de equinoterapia adoptados.

En este municipio fronterizo existe un total de 40 niños que acuden los miércoles y jueves de cada semana, divididos en dos grupos.

Los parámetros de tiempo establecido por terapia son de 20 minutos por cada niño, apoyado por personal del mismo zoológico capacitado para ello con la supervisión de Gina Ferrara de León, directora del Zoológico.

Equinoterapia en américa latina

La equinoterapia ha demostrado en numerosas ocasiones sus resultados positivos: niños autistas, incapaces de mostrar afecto hacia sus seres más allegados, son capaces de abrazar a su caballo; jóvenes en silla de ruedas han logrado caminar; niños hiperactivos logran alcanzar estados de relajación… son algunos de los “milagros” que el paso  de un caballo puede llegar a conseguir.

El efecto beneficioso del movimiento del caballo se conoce desde la antigüedad. Ya en su época, los griegos aconsejaban practicar equitación con el fin de mejorar el estado anímico de los enfermos incurables, incluso el propio Hipócrates (padre de la Medicina), 460 antes de Cristo ya hablaba del saludable trote de los caballos.

La equinoterapia en América Latina comenzó a aplicarse en 1986, con la llegada a Chile de la  kinesióloga alemana Renate Bender.

Avecindada en Santiago hace ya varios años, la cual  decidió unir su deporte favorito con su profesión y se especializó en esta área, iniciando sus actividades terapéuticas en ese país, en instalaciones del Ejército de Chile y en los campos deportivos de la Universidad Católica de Chile.

En marzo de 1992  Renate Bender fundó junto al criador de caballos Ronald Wilkins la Sociedad Chilena de Kinesiterapia e Hipoterapia, la primera y más antigua institución en el país en ejercer esta terapia.

Esta sociedad comenzó sus actividades en la Comuna de Huechuraba, posteriormente pasó a llamarse Corral Benedictinos al trasladarse a la Comuna de Las Condes.

En el año 1995 FONADIS (Fondo Nacional de la Discapacidad) aprueba el primer  proyecto de “hipoterapia” para beneficiar a 40 niños y jóvenes con discapacidad; el año 1996 la Ilustre municipalidad de las Condes comienza con el primer proyecto de Hipoterapia en La Comuna.

En México

Actualmente la equinoterapia, si bien es cierto es una actividad  extendida y con gran proyecciòn en nuestro país, aún son escasos los profesionales calificados  que controlan esta terapia y aún menos los lugares a los que  acudir.

En México no se tiene fecha exacta sobre la incursión de profesionales en esta área; sin embargo, se han dado cuenta que los beneficios se traducen en un milagro de vida para cientos de niños con discapacidad.

Tal es el caso de Pedrito, de 7 años, quien padece insuficiencia psicomotriz y que hasta hace casi tres años permanecía en posición fetal.

“Llevamos un mes y medio, ya vemos mucha flexión en sus huesos, sus piernas, sus brazos, hemos visto mucho cambio aquí. Gracias al caballo y los terapistas que nos han echado la mano, hay mucha ayuda”, dijo Roberto, papá de Pedrito.

A Magali la equinoterapia le ha permitido dar sus primeros pasos, así como coordinar y articular movimientos y palabras. “Tiene PCI, parálisis cerebral infantil, ha sostenido más el cuello y tronco”, añade Amalia, la mamá de Magali.

La Asociación Mexicana de Equinoterapia cuenta con cinco centros, en el Zoológico de Zacango, ubicado en Calimaya; Tianguistenco, Ixtlahuaca, Atlacomulco y Metepec donde se otorga atención gratuita a más de 300 niños.

Se enfocan a problemas psicomotores, down, parálisis cerebral. La temperatura, el paso, la transmisión de impulsos. Han tenido la donación de tres caballos masa, por eso crece el programa a 50 niños diarios.

Las sesiones de rehabilitación son proporcionadas principalmente a menores discapacitados de escasos recursos económicos. “Son animales muy nobles y les trasmiten mucho a ellos, mucha energía”, aseveró Guadalupe, la mamá de Jennifer.

El innovador método de rehabilitación

La equinoterapia es un método terapéutico que hace uso del caballo y su medio ambiente para reahabilitar personas con discapacidad, explica Alejandro Rodríguez Monterde,  quien agrega que el tratamiento debe ser con un animal de entre ocho y diez años de edad, ya que en esa etapa se vuelve apacible.

Rodríguez Monterde, jefe del Departamento de Medicina y Zootecnia para Equinos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expresa que actualmente existen más de 20 centros ecuestres en la República que ofrecen dicha terapia.

Explica que generalmente se recurre a caballos que ya tienen algún tipo de adiestramiento, porque son muy tranquilos de carácter, no se espantan facilmente, son muy apacibles y pueden ser montados por los niños que toman la equinoterapia.

“Esto es fundamental para que los niños tengan confianza en el animal, además que el equino puede ser tratado de cierta forma en cuanto a su dieta, para que produzca menos energía”, precisa Rodríguez Monterde.

Sostiene que la dieta para los animales que serán usados en la equinoterapia se compone principalmente de pastura, pasto achicalado y avena.

Esta alimentación, dijo, les proporciona una buena nutrición pero impide estén muy briosos, eso ayuda mucho a cooperar para que la equinoterapia cumpla si función que es transmitir equilibrio, paz y bienestar a los individuos que la toman.

Aunque no hay una raza especial de caballos que puedan funcionar mejor en este método curativo, los caballos pura sangre inglés han dado resultados excelentes.

“Estos animales, a pesar de que son los normalmente utilizados para carreras, ya con la edad llegan a ser muy tranquilos y en ese sentido pueden dar perfectos resultados”, agregó.

“Lo que no recomendaría, sería un caballo entero para esta terapia, normalmente recomendamos animales castrados de preferencia o yeguas, ya que estás suelen ser muy tranquilas aunque en su época de celo son un poco más briosas que un caballo castrado”, indica el experto.

Rodríguez Monterde señala que la clave de la equinoterapia radica en el andar del caballo que reproduce en el jinete un movimiento similar al del humano. El cerebro recibe esta información y la interpreta como si la persona estuviera caminando. De ahí la calidad del estímulo para las personas con parálisis o trastornos motrices.

Dichos movimientos van acompañados por aromas, texturas, colores, sonidos, cambios de temperaturas, que vienen a ser toda una serie estímulos para el discapacitado.

Un método añejo

Los especialistas confirman que la presencia de la terapia a caballo ofrece un abanico muy amplio de posibilidades a personas con problemas físicos, psíquicos, sensoriales y comportamentales.

Ofrecer la oportunidad de montar a caballo y rehabilitar o reeducar a personas con discapacidad, no es sólo ofrecer una terapia, es dar una posibilidad de vivir una vida diferente y hacer florecer en su interior la alegría y las ganas de vivir.

En Tamaulipas, la Asociación Maltos y los otros clubes recientemente creados en la frontera han emprendido ya un camino del que difícilmente se puede caminar hacia atrás.

Es un camino en el que los niños especiales alcanzan a sentir la calidez del caballo, lo que los convierte en seres con una imaginación de altos vuelos.

Porque eso es. Montar a caballo no es simplemente montar. Es aprender a armonizar con el caballo en cada paso, que cada latido de ambos se convierta en un solo, como bailando una melodía.

Falud y que proporciona asistencia y comparte información con asociaciones, investigadores, profesionales y clínicas, así como también brinda apoyo para programas de prevención de suicidio.

“La gente no se mata porque quiera morir, sino porque no ve ninguna esperanza de sentirse mejor en el futuro y que la mitad de la gente que comete suicidio lo hace bajo la influencia del alcohol o las drogas”.

Señaló que los hombres se suicidan más que las mujeres –salvo excepciones, como en China– debido a que “los hombres son menos propensos a buscar ayuda para sus dificultades personales.

El suicidio existe desde que se tiene registro de la historia humana y ocurre entre la gente más pobre y la gente más rica.

Pero las estadísticas no son siempre confiables, debido a que muchas veces los suicidios se registran como muertes violentas o accidentes.

No obstante, las tasas han descendido en muchos países donde en los cinco o 10 años recientes invirtieron en prevención del suicidio”, como en Estados Unidos. En tanto, las mayores cifras se registran en los países de la antes Unión Soviética, donde el alcohol juega un papel muy importante. Cuando ocurren grandes cambios, las tasas de suicidios suben.

En el suicidio también tienen que ver “los factores culturales”, como en Japón, donde perder el trabajo o no ingresar a la universidad puede ser considerado una deshonra, por lo que la persona afectada opta por quitarse la vida.