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¿Quién manda en el país?

¿Quién manda en el país?

Varias lecciones quedan luego de las discusiones acerca de la Ley de Ingresos, pero especialmente de la Ley de Egresos. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) tiene el sartén por el mango y sabe crear alianzas, romperlas y encontrar otras; la Secretaría de Hacienda parece una agencia más de los tricolores que del Ejecutivo; el nerviosismo, desesperación y exabruptos de Felipe Calderón muestran a un político débil y que se enfrenta hasta a sus antiguos aliados; el Partido Acción Nacional (PAN) es una organización sin rumbo, con pleitos internos graves. Y la izquierda oscila entre la sumisión, el peticionismo y la rabieta testimonial.

Algunas pruebas de que vamos mal: somos de los países donde la corrupción está cada vez más arraigada, la competitividad va en declive, el desarrollo no se alcanzará hasta dentro de tres años y entre nuestros hombres más poderosos se encuentra el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, el Chapo. Todo ello según cifras internacionales. Pero eso sí, el presupuesto al deporte es el único que aumenta constantemente desde las épocas de Fox y especialmente ahora, no obstante que a los atletas paralímpicos se les desprecia al no incluirlos entre los galardonados nacionales.

El diputado Alberto Cano Vélez, quien es cercano a Manlio Fabio Beltrones, dijo que el actual presupuesto de egresos no era un agandalle (sic) de su partido, sino más bien proporcional. Y en seguida afirmó: “Todavía no se dan cuenta que somos mayoría”.

Y claro, ejerciendo dicho poder aumentaron las asignaciones los estados de México, Veracruz, Oaxaca e Hidalgo, entre otros. En los dos primeros casos, está un dúo de aspirantes a la carrera priista a 2012: Enrique Peña Nieto y Fidel Herrera; en el tercero, Oaxaca, el impugnado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Ulises Ruiz, quiere reemplazar a Beatriz Paredes en el PRI nacional, y Osorio Chong podrá tener recursos para salud y caminos al por mayor.

Se reasignaron en la Cámara de Diputados 20 mil millones de pesos al campo, 16 mil millones a carreteras y 13 mil 500 a infraestructura. En el sector agropecuario, la negociación fue directa entre Cruz López, de la Confederación Nacional Campesina, y Agustín Carstens, mostrando que las instancias oficiales son de pacotilla. Para realizar la obra pública más visible, se les otorgará el dinero a los gobernadores, especialmente priistas, sin la menor supervisión. Respecto de la infraestructura que se construirá, en Oaxaca se han edificado puentes varias ocasiones con diferentes presupuestos: esto es, una obra sirve para medio hacerla y meterle otros billetes o ya edificada volverla a cobrar. ¿Alguien puede dudar que eso sea corrupción?

En los tres casos, es la mejor forma de hacer populismo y ganar adeptos para las elecciones de los próximos años, especialmente en 2010.

Y si bien los programas Oportunidades y Procampo continuarán en manos del gobierno federal, ambos tendrán la supervisión de los caciques estatales. En síntesis, los secretarios calderonistas no se mandarán solos. No se olvide que en transas, los albiazules son hoy expertos, comprueba el volumen Las manos sucias del PAN, de José Reveles.

Dos perlas del nuevo poder del antiguo partidazo: el régimen de consolidación fiscal que envió Felipe Calderón para que los empresarios liquidaran sus adeudos vencidos se fijó en 60 por ciento, fue disminuido primero a 40 por ciento y quedó finalmente en 25 por ciento; regalazo como el de telecomunicaciones de 6 mil millones diferidos a los próximos dos años; y a las secretarías que deseaba extinguir Calderón, Reforma Agraria, Turismo y la Contraloría, se les otorgaron 10 mil millones de pesos.

Según las crónicas periodísticas, ni siquiera Hacienda metió las manos para los detalles finales; por lo tanto a Peña Nieto se le otorgan más de 2 mil millones de pesos para carreteras, instalaciones deportivas y medio ambiente. En contraste, al Distrito Federal, que pedía 15 mil millones de pesos, especialmente para obras como la conclusión de la línea 12 del Metro, el bordo poniente (con el afán de prevenir el desbordamiento de aguas), drenaje y cultura, únicamente, le otorgaron 4.5 mil millones de pesos.

Todo eso trajo que Carlos Navarrete, jefe perredista en el Senado, implorará a Felipe que vetara la Ley de Egresos, algo en el que coincidieron días posteriores los panistas que anteriormente estaban azorados. Jesús Ortega corrió de Hacienda a una junta con Beatriz Paredes y César Nava para rescatar algo de lo perdido. Estamos, pues, ante un nuevo poder. Existe desesperación entre el círculo felipista, los panistas y los perredistas, ya que bailan al son que les tocan quienes manejaron el país 70 años.

El esquema es nuevo, propio de un hibridismo neoliberal, en el cual muchos poderes se han levantado sobreponiéndose al central, ya que éste no determina hace años, pues cedió el mando de grandes zonas a los privados y sus cúpulas. Por cierto, los empresarios se encuentran muy nerviosos porque su interlocución no es con un poderoso, sino con una multiplicidad de señores de diverso tipo.

Frente a la imposición priista, es lógico que Felipe Calderón ande irritable y dé palos de ciego, y que el PRD, que buscaba cobijo con algunos personajes como Manlio, no sepa qué hacer, pues hay otros que tienen en ocasiones mayor fuerza: Peña Nieto y Beatriz Paredes.

En el fondo, perdemos todos, ya que el país va en picada. Un último apunte: no obstante que ya tenemos 105 mil personas con dengue y viene en serio el virus AH1N1, el aumento a la Secretaría de Salud fue sólo de ¡230 millones de pesos! Una miseria.

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