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Guarderías del ISSSTE: menores en riesgo.

Guarderías del ISSSTE: menores en riesgo.

El ISSSTE favorece a nueve empresas de fumigación con contratos por 9.2 millones de pesos. Sin justificación aparente, guarderías a cargo de la institución que encabeza Miguel Ángel Yunes son sometidas al efecto de plaguicidas hasta dos veces por mes.La CNDH y el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria constatan el riesgo toxicológico en que viven más de 25 mil niños en 133 guarderías.

Juan tiene casi cinco años de edad y desde sus primeros meses de vida ha estado expuesto a los “riesgos toxicológicos” que emiten los plaguicidas rociados en las instalaciones de la Estancia de Bienestar y Desarrollo Infantil (EBDI) 97, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

Su madre, Josefina Hernández Cervantes, jefa del Departamento de Neurofisiología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE, se percató, desde mediados de 2004, que en el lugar se llevaban a cabo fumigaciones en periodos de tiempo muy cortos en las salas donde comen, duermen y juegan los pequeños.

El cambio de estancia no fue opción, pues en las más de 130 guarderías institucionales se siguen los mismos procedimientos de “prevención de fauna nociva”, dice.

A los padres de familia se les pedía los viernes de cada 15 días, en promedio, que los niños acudieran al siguiente lunes “ya desayunados”. El primer alimento que se acostumbra a dar en la estancia no sería suministrado como consecuencia de la fumigación llevada a cabo durante el fin de semana.

Esta situación llamó la atención de la doctora Hernández Cervantes, quien también observó que Juan (nombre ficticio) enfermaba con mayor frecuencia de diarrea, infecciones en las vías respiratorias y alergias en la piel.

Solicitó a las autoridades del plantel, entonces a cargo de María Eugenia Robles Peña, que suspendieran las desinfecciones con plaguicidas, “pues la exposición continua a estos químicos afecta la salud de los menores, y pueden tener efectos mutagénicos, teratogénicos y cancinogénicos, así como el retraso en el desarrollo de algunos de sus sistemas nervioso, inmune y endócrino”. No recibió ninguna respuesta favorable. Acudió entonces ante distintos funcionarios de la institución –encabezada por Benjamín González Roaro en el foxismo y por Miguel Ángel Yunes Linares desde que Calderón asumió la Presidencia de la República– y tampoco hubo respuesta.

El 28 de abril de 2008, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 014/2008, en la que acredita violaciones a los derechos de “protección de la salud, imputables a servidores públicos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, en agravio de los alumnos de estancias de bienestar y desarrollo infantil de ese instituto”. Sin embargo, las fumigaciones continúan.

El llamamiento está dirigido a Yunes Linares y al secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos. Al primero se le recomienda que “se adopten medidas sanitarias de carácter preventivo, tendentes a evitar la presencia y propagación de fauna nociva en las estancias de bienestar y desarrollo infantil de ese instituto, dejando el procedimiento de fumigación como última opción”.

A Córdova Villalobos se le sugiere que sean giradas las instrucciones “necesarias para que el personal de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) verifique que las fumigaciones que se realicen en las estancias se encuentren justificadas, que se tomen medidas preventivas y acciones de higiene necesarias para erradicar cualquier tipo de fauna nociva, antes de proceder a la utilización de sustancias tóxicas”.

El Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, que acompaña la queja de los investigadores, indica que, además del daño a los pequeños, se están violentando nor mas y leyes mexicanas, como la NOM 045-SSA1-1993 que indica: “No deben exponerse a este producto las mujeres embarazadas, en lactación y personas menores de 18 años”.


La queja

El 7 de junio de 2006, la doctora Josefina Hernández Cervantes acudió a la CNDH, cuyo titular es José Luis Soberanes Fernández, acompañada por el doctor Jorge Arturo de León Rodríguez, investigador del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Este último interpuso una queja en contra de las autoridades del ISSSTE por la serie de fumigaciones que se llevan a cabo en las guarderías del instituto.

En el expediente 2006/2843/1/Q, abierto por el organismo encargado de velar por los derechos humanos de los mexicanos, quedó asentado que los productos químicos utilizados por el ISSSTE, empleados en todos los EBDI de la república mexicana, son “tóxicos”.

De acuerdo con el informe estadístico Estancias para el bienestar y desarrollo infantil, capacidad instalada y niños atendidos por entidad federativa 2006, el ISSSTE tiene bajo su control 133 guarderías para atender a 25 mil 626 niños menores de seis años. De éstas, 55 se encuentran en el Distrito Federal y tienen capacidad para 10 mil 346 infantes, las otras 78 se distribuyen en el resto del país con servicio para 15 mil 280 niños.

En entrevista con Contralínea, el catedrático de la UNAM asegura que, aunque los plaguicidas están en la última categoría de toxicidad, la exposición continua se vuelve crónica y causa efectos en la salud de los niños. “Normalmente los cuadros agudos de enfermedades pasan desapercibidos y se confunden con cualquier manifestación de malestar como la gripe, diarrea o alergias”.

También tienden a “deprimir el sistema inmune. La combinación de todos los elementos químicos de los plaguicidas son invisibles, incluso para los pediatras, que no saben siquiera a qué están expuestos los niños”, explica.

Alejandro Domínguez, integrante de la asociación civil Centro de Diagnóstico y Alternativas para Afectados por Tóxicos (Cedaat), coincide con De León Rodríguez. Agrega que los efectos de los plaguicidas pueden manifestarse varios años después, incluso en generaciones.

El investigador del Cedaat refiere que actualmente “nos estamos encontrando niñas de 11 o 12 años que ya maduran sexualmente. Los estrógenos de su madurez son influidos por estos agentes externos, lo que provoca su primera menstruación antes de tiempo. En el caso de los hombres, puede causar infertilidad. Éste es el sentido de la gravedad”.

Advertencias

Para continuar con la investigación, iniciada en 2004, los especialistas solicitaron formalmente los nombres comerciales de los plaguicidas que se usan para fumigar el plantel, la periodicidad en que se emplean, dosis de uso y la plaga a la que se está combatiendo. Las respuestas de la entonces directora fueron parciales, pues remitió que se empleaban “plaguicidas y raticidas”.

De León Rodríguez y Hernández Cervantes indican que estos químicos “actúan como anticoagulantes potentes, que disminuyen considerablemente la viscosidad sanguínea, lo que puede provocar hemorragias graves en todos los aparatos y sistemas biológicos. El efecto inmediato y más significativo son los sangrados nasales o de mucosas.

Sin embargo, nunca se nos informó qué clase de plagas se están combatiendo en la estancia infantil”.

La primera quincena de agosto de 2007, personal de la CNDH visitó otras guarderías del ISSSTE (registradas como 2, 40, 47, 96 y 97) en el Distrito Federal.

Resultado de la investigación de campo, los visitadores advirtieron que “en todos los casos, la aplicación de las sustancias tóxicas se realizaban sin que se advirtiera la presencia de algún tipo de plaga o roedor y efectuándose únicamente, de manera preventiva, tal como lo explicaron las autoridades de esos planteles”.

En el expediente, la CNDH también advierte que quitarle el olor pestilente a los químicos activos que se ocupan para fumigar “puede ser un peligro para la población que se expone a esos compuestos”, ya que es obligatorio el uso de deodorizantes (sustancias que hieden) para advertir a los usuarios de su presencia.

También ayudan a disminuir el riesgo de exposición en los humanos: “De no ponerle un olor desagradable a esos tóxicos se dejaría en un claro estado de indefensión a los menores, trabajadores y autoridades que acuden a la estancia infantil, al ser expuestos a los mismos”, indica el documento.


Defensa del ISSSTE

De acuerdo con el expediente, la defensa del ISSSTE indicó: “De no llevarse a cabo ese servicio de fumigación, se estaría cayendo en una irregularidad normativa ante las instancias de salubridad. Además de que se pondría en riesgo la salud de los menores que acuden a las EBDI, situación por la cual –hasta que no se emitan nuevos lineamientos– se continuará con las fumigaciones periódicas y preventivas”.

El 3 de noviembre de 2006, el coordinador general jurídico y consultivo de la Cofepris, Luis Ernesto Ramos Gutiérrez, informó a la CNDH que “el ISSSTE cuenta con un reglamento para la prestación de los servicios de guardería, en el que se especifica la periodicidad con la que se deben realizar las fumigaciones. Asimismo, que la selección de las empresas encargadas de realizar las mismas se efectúa por licitación pública, en donde se compromete a utilizar productos para fumigar incluidos en el cuadro básico del ISSSTE”.

Un mes más tarde, el 13 de diciembre de 2006, la Subdirección de Atención al Derechohabiente del ISSSTE remitió a la CNDH los informes de las fumigaciones, de las que se comprobó que en los EBDI se “lleva a cabo el control de fauna nociva como medida correctiva y preventiva”.

Según las autoridades del ISSSTE, se siguen las indicaciones obligatorias que la Secretaría de Salud emite para sus servicios, “con sustancias analizadas y autorizadas para que las compañías que se encargan de realizar las fumigaciones las ocupen de manera reservada… de no llevarse a cabo ese servicio de fumigación, se estaría cayendo en una irregularidad normativa, además de que pondrían en riesgo la salud de los menores que en ella se atiende”.

El ISSSTE también indicó las bases de los ingredientes activos que se utilizan en las fumigaciones: piretroides, banda verde, categoría IV, ligeramente tóxicos; para el caso de los rodenticidas se usan anticoagulantes, trampas de pegamento sólo con atrayentes alimenticios aromáticos, y por lo que se refiere al desinfectante, se utiliza aldehído como bactericida y germicida, además de precisar que las fumigaciones se realizan mensualmente y que al día siguiente se limpian las áreas fumigadas.

No obstante las argumentaciones del ISSSTE, la Cofepris –órgano dependiente de la Secretaría de Salud– y la Guía técnica para el control integral de la fauna nociva en unidades del ISSSTE “indican que las fumigaciones deben ser la última opción para controlar las plagas, además de que antes de la aplicación de cualquier plaguicida se debe conocer la plaga a la que se desea controlar”.

La Cofepris también aportó a la CNDH que “todas las sustancias utilizadas en una fumigación pueden producir alteraciones en la salud debido a que son tóxicas, situación por la cual, durante el proceso de licitación pública que se efectúa con las empresas participantes, se presentan procedimientos técnicos en donde se debe asentar que las primeras opciones a utilizar son las medidas higiénicas y de mantenimiento”.


La EBDI 97

Contralínea visitó la Estancia de Bienestar y Desarrollo Infantil 97. La directora del plantel, María Salomé Quiroz Martínez, indicó que no estaba facultada para hablar a profundidad del tema. Sin embargo, comentó que éste es un problema que surgió en la gestión de María Eugenia Robles Peña, y que ya está en orden.

Quiroz Martínez, quien dirige la guardería desde el 16 de agosto de 2006, dijo que actualmente las fumigaciones se llevan a cabo “con sentido común y normatividad”. Dichas prácticas están programadas mensualmente. Sin embargo, no siempre son aplicadas en ese lapso de tiempo. Puede haber periodos más largos, de hasta tres meses, sin que se rocíen los plaguicidas, expone.

La funcionaria del ISSSTE, con una trayectoria de 28 años, argumenta que es inevitable que se lleven a cabo estas prácticas, pues por lo menos ese plantel está expuesto a una vía muy transitada (Eje Central Lázaro Cárdenas), “y de las coladeras salen ratas y cucarachas que podrían poner en riesgo la salud de los niños”.

Nosotros estamos limpios, dice, pero hay que tener un sistema preventivo para el control de plagas. Desde hace tres meses no se ha fumigado, “pero seguramente en tiempos de calor se hará, pues las altas temperaturas propician plagas en los lugares cercanos a la estancia”, concluye.

Se buscó la postura del titular del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes Linares, a través de la funcionaria Mónica Flores Rosas, encargada de enlaces de la Dirección de Información del instituto, sin que hasta el cierre de esta edición se haya obtenido respuesta.

Las investigaciones del Centro de Diagnóstico y Alternativas para Afectados por Tóxicos (Cedaat), así como información pública del ISSSTE, indican que la institución ha gastado 9 millones 281 mil 601 pesos con nueve compañías dedicadas al servicio de fumigación y desinfección patógena.

Luego de indagar ante distintas instancias acerca de las empresas proveedoras de los plaguicidas, los médicos Josefina Hernández Cervantes, Arturo de León Rodríguez e integrantes del Cedaat obtuvieron los nombres de la particular María del Carmen Alanís Navarrete y de las empresas Fumitecni Industria y Hogar y Fumi-Dip.

La investigación de los expertos indica que la Delegación Regional Norte del ISSSTE otorgó el contrato CS-DRN-SA-DOSG- 009/2006 a María del Carmen Alanís Navarrete el 1 de enero de 2006 por 893 mil 115 pesos, que tuvo por objeto la “fumigación, control de fauna nociva y desinfección patógena”.

Además, la Delegación Regional Sur firmó el contrato ICM3P-ISSSTE-DRZS-SADOSG/ 014/06 con Fumi-Dip por 891 mil 972 pesos. En tanto, la Delegación Regional Oriente contrató a Fumitecni por 323 mil 963 pesos.

De acuerdo con la página de Compranet –sistema electrónico de contrataciones gubernamentales que depende de la Secretaría de la Función Pública–, Fumitecni ha obtenido 2 millones 659 mil 135 pesos en nueve contratos con el ISSSTE.

Violación a leyes ambientales

El Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, que acompaña la queja de los investigadores, indica que, además del daño a los menores, se están violentando normas y leyes mexicanas, como la NOM 045-SSA1- 1993 que indica: “No deben exponerse a este producto las mujeres embarazadas, en lactación y personas menores de 18 años”.

Asimismo, el artículo 278 de la Ley General de Salud y los apartados 120 y 152 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Medio Ambiente, que les reconoce a los plaguicidas su potencial tóxico, “como lesiones funcionales, alteraciones genéticas, teratogénicas, mutagénicas, carcinogénicas o la muerte”.

Alfonso García Castillo, abogado del centro de derechos humanos, dice que las normas oficiales mexicanas indican que mujeres embarazadas y niños no deben ser expuestos a los insecticidas, porque son nocivos para la salud.

En el Portal de Obligaciones de Transparencia de la Administración Pública Federal se localizan los contratos con Fumi-Dip, por 1 millón 73 mil 78 pesos, y otros nueve con: Asesores en Control de Plagas, Servicio de Control de Plagas del Centro, Sahuma Control de Plagas, Control de Plagas Internacional Centinela, Control Técnico de Plagas del Pacífico, Sistema de Control de Plagas de la Huasteca y X.Terminium, que suman 4 millones 332 mil 310 pesos.

Estas mismas empresas son proveedoras de dependencias gubernamentales como el Instituto Mexicano del Seguro Social, Liconsa, las secretarías de Educación Pública, del Trabajo y Previsión Social, entre otras. Los mismos procesos de fumigación se llevan a cabo en guarderías de la SEP o del IMSS, por lo que las autoridades deberían estar el pendiente de la salud de los niños, advierten los especialistas.

Magdalena López López, encargada del despacho Ventas-Gobierno de Fumitecni, asegura que los productos que se emplean para fumigar las guarderías del ISSSTE son inofensivos para los infantes.

“Esto es lo más absurdo, porque a nosotros nos regula la Secretaría de Salud, que es la encargada de otorgarnos una licencia sanitaria para operar. Los plaguicidas son estudiados por las empresas y están en el nivel mínimo tóxico. Fumitecni tiene más de 20 años trabajando con diversas dependencias de gobierno y nunca hemos tenido ningún problema. Esto deriva de algunos padres que están mal informados.” (ER).


Ante esta situación, advierte que ya se están llevando a cabo los procedimientos correspondientes para que se emita la misma recomendación a la Secretaría de Educación Pública y al Instituto Mexicano del Seguro Social, y no se utilice el sistema de fumigación como medida preventiva de control de plagas.

El abogado señala que las autoridades del ISSSTE no han dado seguimiento a la recomendación, y en consecuencia los niños siguen expuestos a los químicos de los insecticidas y raticidas. Acusa que la CNDH ha sido hermética: ha negado el cabal acceso al expediente 2006/2843/1/Q. (ER).


De acuerdo con el expediente integrado por la CNDH, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios consideró que las autoridades de las estancias de bienestar y desarrollo infantil deben privar a los insectos de los elementos que necesitan para sobrevivir. Las técnicas para el manejo integral de plagas que señalan son:

  • Privar a los insectos de alimentos, agua y lugares para esconderse
  • Es necesario limpiar inmediatamente los líquidos que se derraman, migas y sobras de comida
  • No deben dejarse platos sucios con comida
  • Mantener la comida bien guardada en recipientes plásticos
  • Sacar la basura frecuentemente y mantener los contenedores bien tapados
  • Eliminar el agua estancada
  • Mantener limpios los canales y conductos del desagüe
  • Vaciar los lugares donde se acumula el agua de lluvia
  • Vaciar los platos que están debajo de las macetas de las plantas
  • Reparar inmediatamente los drenajes tapados y grifos que gotean
  • Colocar aislamiento en las cañerías que tienen tendencias a condensar agua
  • Evitar acumulación de cartón y papel periódico
  • Sellar correctamente alrededor de las tuberías y tomas eléctricas
  • El uso de plaguicidas debe ser la última opción